Resulta importante destacar que la escasa disponibilidad de numerario en los cajeros automáticos es coyuntural, transitoria, y no responde a una estrategia arbitraria para imponer el uso de la tarjeta magnética. A esto último se aspira, cierto, y se dan los pasos para generalizar su uso, pero de forma gradual.
Se le denomina bancarización a este proceso, cuyo objetivo es disciplinar las transacciones. Implica lograr que los actores económicos, estatales o del sector privado, tengan igualdad de posibilidades para cumplimentar sus deberes contractuales sin afectar a las personas naturales. Al mismo tiempo, establece una relación transparente de compra y venta, contribución a la seguridad social y pago de las contribuciones, como corresponde a la nueva disciplina financiera.
Otra cosa, y muy diferente –aunque, por el momento, coincida con lo anterior– es la falta de efectivo en los cajeros automáticos.

Para adentrarnos en el tema y contrastar criterios recogidos entre la población, entrevistamos primero a Ronald Molina Fariñas, gerente comercial de la sucursal santa fe seña del Banco Popular de Ahorro (BPA).
Lo que está ocurriendo, ¿responde a un experimento o sucede lo mismo en el resto del país?
“Es una dificultad compartida, aunque en estos momentos somos de los menos afectados. Tenemos seis cajeros automáticos, todos en buenas condiciones técnicas, más dos que pertenecen al Bandec. Ocho en total, cuando hay territorios extensos y hasta municipios que no tienen”.
¿A qué se debe que los billetes de altas denominaciones estén ahora en déficit, creando una crisis por falta de circulante?
“Fue un proceso gradual, poco a poco fueron retornando al Banco menos billetes de esas denominaciones. La solución de un problema siempre engendra un nuevo problema, ¿no? Y este surge con la consolidación de los nuevos actores económicos. Su presencia es bienvenida y atempera problemas de nuestra subsistencia diaria, de muchas formas. Se les agradece, pero manejan cantidades de efectivo y lo necesitan para comprarles a otros actores económicos.
“El Banco tiene requisitos para la extracción de montos significativos. Obligan a mayor uso de tiempo y dejan rastros fiscales que implican una obligación tributaria a finales de año. Esto no conviene a muchos nuevos actores económicos ni agiliza sus negocios. En consecuencia, los billetes de grandes denominaciones cambian de manos entre ellos, sin retornar al Banco”.
En ese caso una de las soluciones podría estar en la impresión de billetes con muy alta denominación, como ocurre en otros países. Digamos de 10 000, 50 000… 100 000 pesos. ¿Se está preparando una emisión en este sentido?
“Conozco que se está terminando una emisión de altas denominaciones, pero son las mismas de ahora. Estará en nuestras manos para este septiembre. Los cajeros automáticos retornarán a la normalidad, estando disponibles las 24 horas, como lo estuvieron siempre. Y no es todo. Un grupo de medidas complementarias que ya se implementan estabilizarán la situación sin recurrir a la impresión de muy altas denominaciones”.
Vistas las interrogantes iniciales nos despedimos de Ronald Molina, quien acometerá de inmediato una de sus encomiendas principales: supervisar la recarga de los cajeros. En un segundo momento buscamos respuesta a otras, conversando con Luis Rodríguez Pantoja, director de esta sucursal bancaria.

El gerente acaba de darnos una luz, pero interesa completarla con algunas adicionales. Sobre todo, obligaciones y facilidades de pago que tendrán los clientes del sector no estatal: artistas y agricultores, entre otros.
“A todos se les facilita que sus transacciones sean más rápidas al utilizar los nuevos canales de pago y las cuentas corrientes en soporte magnético. Las primeras incluyen las pasarelas de actualidad, Transfermóvil, EnZona, código QR… Las otras enmarcan el cobro de los jubilados, ahorristas y asalariados.
“No desaparecen los instrumentos tradicionales: el cheque o las transferencias.Y al sector campesino se le privilegia. Cuando debe pagar a trabajadores transitorios, se le facilita el dinero en efectivo por las cajas del Banco. Para los que tenga contratados por nómina, utilizarán la vía digital; quienes no tengan su tarjeta magnética continúan cobrando en dinero contante y sonante.
“Los cajeros automáticos deben estar en función de las personas naturales. O sea, y repito: jubilados, ahorristas y asalariados. Para las grandes extracciones de efectivo hay otras vías. A eso tenemos que llegar, claro, de manera gradual, concientizando a todos los factores, no de hoy para mañana”.
Grandes extracciones… ¿hay límites, o puede ser cualquier cantidad?
“El cajero tiene una abertura por donde pueden salir solo 40 billetes en cada operación. Si tiene disponibles los de a 1 000 pesos, usted puede extraer 80 000 en un mismo día, realizando dos operaciones o 120 000 en el mes. Ese es el límite, por esta vía. Hasta 120 000 en un mes. Pero el dinero es suyo, y si precisa realizar una extracción mayor lo solicita en el interior de la sucursal y se da satisfacción a su necesidad”.
¿Quienes utilicen la vía digital reciben algún beneficio monetario?
“Importante pregunta, pero antes de responder permítame precisar lo siguiente: la bancarización no es una medida de choque. Estamos creando la base espiritual, la comprensión, para entre todos dar al problema una solución colectiva y modernizar nuestra gestión bancaria. A esto se agrega la creación de posibilidades logísticas en las unidades, de modo que el cliente escoja cómo pagar. No tengo un móvil o una tarjeta, pago de manera efectiva.
“Dicho lo anterior, vamos a su pregunta. En aras de estimular el comercio electrónico el Banco beneficia al cliente que utiliza los canales de pago y esa bonificación es, ahora mismo, del seis por ciento.
Si el dinero es tuyo ¿Por qué se limitan las transferencias digitales a 120 mil pesos cada mes?