Caja Extra, opción acercadora

“…si cada uno hace algo para mejorar a los demás… todos vamos a sentirnos mejor”, sostiene Milvia Hernández. Foto: FOTO: Wiltse Javier Peña Hijuelos

Destinada a toda la población, pero con mayor incidencia en las comunidades rurales. Entidades diferentes se incluyen en esta alternativa

El servicio de Caja Extra no está pensado como sustituta de las operaciones bancarias, sino como complemento o alternativa a las mismas. Aunque destinada a toda la población, sus beneficios se hacen notables cuando acercan el dinero a las personas de la tercera edad, impedidos físicos o residentes en localidades no cercanas a los cajeros automáticos como La Reforma, Julio Antonio Mella, Cocodrilo o las comunidades rurales de reciente creación.

En el poblado de La Fe, de una veintena de unidades gastronómicas o de comercio, menos de la mitad están vinculadas a este sistema. La razón es obvia: responden a la estrategia de que la mayor parte de los ingresos diarios vayan directamente al Banco, alimentado a los cajeros o facilitando transacciones de mayor cuantía. Si todas estuvieran incluidas en la misma alternativa, esto sería imposible.

Fuera de las anteriores, otras unidades contribuyen también, aunque en menor grado, a flexibilizar y hacer menos dificultosa la adquisición del efectivo; entre estas, las farmacias, correos o puntos de venta del gas licuado.

Una de estas últimas, se destaca en tal servicio, radica en el reparto Camilo Cienfuegos, se la identifica como La Lonja, y es administrada por Milvia Hernández Sánchez.

“Todo depende de la venta realizada en efectivo -precisa de entrada-, porque esa es la que me aporta el dinero para hacer de Caja Extra. No todo es contante y sonante, bastante gas se vende a través de las pasarelas de pago digital. Pero si ya tengo dinero suficiente… ¿por qué no facilitarlo al necesitado?

“Yo siento una satisfacción muy grande cuando, por ejemplo, le pongo su dinerito en la mano a una persona mayor o a un impedido físico que hasta le cuesta andar para llegar al Banco. Y sé que le evito, no solo la caminata dificultosa sino estar allí dos o tres horas de pie, esperando para tener acceso al cajero.”

En cuando a la cantidad dispensada, Milvia explica: “… el tope es de cinco mil pesos. Llega alguien, por la mañana, y no los tengo. Entonces le sugiero: date una vuelta por aquí, más tarde. Dame chance a que caiga algo más… y completo lo tuyo. Otras veces -agrega- la cifra no es tan alta (digamos, 900 pesos), y puedo facilitarle el efectivo de inmediato, inclusive sin detener la venta del gas; esto es más frecuente, sobre todo con jubilados”.

Las unidades, como el punto de venta de gas La Lonja, que hacen el servicio de Caja Extra, ¿reciben algo a cambio -pregunto-, quizás un por ciento en dinero sobre las transacciones realizadas?

“A mí nadie me ha estimulado en ese sentido -refiere nuestra entrevistada-, no sé si con otros se tiene esa consideración; pero lo que puedo asegurarte es que si cada uno hace algo para mejorar a los demás… todos vamos a sentirnos mejor. ¡Abundan las pequeñas cosas que cada uno pudiera aportar!  Lo de Caja Extra viene a ser… una de tantas”.

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