Justo dos días antes de finalizar el 2024, al caer la tarde y con el último pesaje, la Empresa Recuperadora de Materias Primas logró cumplir su compromiso previsto para la etapa, un plan apretadísimo, que contrasta, y mucho, con quienes “cumplen” el suyo hasta con dos o tres meses de anticipación, sencillamente porque se propusieron metas alcanzables con poco esfuerzo.
Esta vez los desechos recuperados superaron los 38 millones de pesos, aunque el colectivo acopiador estuvo enfrentado a una baja circulación en las redes de comercio, cadenas de tiendas y otras entidades de la economía territorial. Y esto implicó una marcada disminución en los envases textiles o de vidrio, papel y cartón, más el agotamiento progresivo de los fondos metálicos en el territorio.
La situación se hizo más tensa porque Antillana de Acero se encuentra inmersa en una inversión capital, no acepta chatarra ferrosa y la entidad pinera acumula unas 800 toneladas (sin posible venta inmediata) en sus patios de almacenamiento. Por tal razón, tuvieron que dejar de recuperar otras 700 toneladas de ese metal, el más abundante en su radio de acción.
Ello implicó un cambio de estrategia y la decisión fue centrar esfuerzos en la recogida de la no ferrosa, con exportación segura e ingresos significativos para cubrir las obligaciones internas y la retribución a sus trabajadores. Mensualidad que, con un sistema de pago a destajo por resultados, generó un salario medio de 6 915 pesos. Hubo, por esto, una fluctuación mínima de la fuerza laboral.
La mayor recuperación de desechos reciclables, con un 80,6 por ciento del total, se obtuvo en los puntos fijos y no en el sector estatal, según lo convenido. Experiencia que aconseja organizar mejor la participación popular y lograr, como es posible, la mayor recuperación de los desechos reciclables a nivel de barrio.
“Nos falta consideró en su informe de balance, Alcides Betancourt Tor, director de Materias Primas, potenciar la recuperación por las organizaciones de masa y, sobre todo, la de Pioneros con su Movimiento Recuperadores del Futuro. En las restantes, Cdr, Fmc, Feem y Feu fue escasa la motivación de sus integrantes y, en consecuencia, sus aportes estuvieron por debajo de lo que pudieron ser”.
En esta empresa, la auditoría estratégica realizada no detectó hechos delictivos ni de corrupción. Allí hay un colectivo compuesto por un capital humano -nunca mejor empleada esta expresión- acrisolado en las difíciles condiciones actuales. Un colectivo que en discusión abierta decidió levantar su varilla de salto todavía más y superar los 47 millones de pesos en el 2025. Un propósito fuerte, que quizá los mantenga en vilo hasta el último pesaje, a la caída de la tarde, del 31 de diciembre.
Será un aporte decisivo a la necesitada economía del territorio. Y que debe ser asumido por todos los pineros como una enérgica convocatoria general. Llamado al cual, cabe esperarse, den respuesta categórica las empresas y entidades estatales, los nuevos actores económicos y las organizaciones de masa.