“Auscultando” sus deficiencias

Más allá de cifras e indicadores, los resultados del Programa de Atención Materno Infantil (Pami) en la Isla de la Juventud definen la vida y el futuro de muchas familias beneficiadas con las bondades del Sistema de Atención Primaria de Salud y sus instalaciones.

FOTO: Yoandris Delgado Matos

Así trascendió en el análisis pormenorizado de las causas y condiciones incidentes en colocar al territorio, al cierre del 2023, entre las dos provincias con las tasas altas en la mortalidad infantil, asunto donde Cuba registra en los últimos años cifras que la ubican dentro de los 35 países del mundo con la más baja, según ha explicado el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda.

Al cierre del pasado diciembre el municipio registró una mortalidad infantil de 9,3 por cada mil nacidos vivos en menores de un año, cifra superior a la de 2,6 alcanzada en el anterior, realidad con causas fundamentales en las complicaciones asociadas al nacimiento prematuro, el retardo en el crecimiento intrauterino, el embarazo en la adolescencia, entre otras.

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Reunidos en el teatro de la sede del Partido Comunista de Cuba, los organismos involucrados en la efectividad de este programa, personal de Salud, además de las máximas autoridades de aquí, no solo se subrayó lo referente a los servicios de atención materno-infantil, sino que, crítica y objetivamente, fueron evaluadas las principales deficiencias en la atención primaria, así como la implementación de acciones concretas para revertir dicha situación.

En cuanto a las mortalidades, al cierre del 2023, se describen así: en menores de cinco años ocurrieron siete para una tasa de 10,8, entre ellos un bebé debido a un accidente en un carretón de caballo; de uno a cuatro se cerró con 0,6, al igual que en el rango de cinco a 14 debido a un fallecido por enfermedad neoplásica.

FOTO: Yoandris Delgado Matos

De los indicadores del Pami el territorio cumplió con los siguientes: las tasas de mortalidad prescolar; la escolar; la fetal tardía y la materna; además del índice de cesáreas primitivas; la sobrevida en neonatología y la atención a la pareja infértil, embarazos logrados.

Muchas preguntas encontraron respuestas en el auditorio para seguir fortaleciendo el trabajo de los cuadros, consolidar el servicio de genética, la constante superación profesional y el entrenamiento de los profesionales y trabajadores; la aplicación de la ciencia y la innovación tecnológica; y el desarrollo de una estrategia comunicacional efectiva, dirigida a mujeres en edad fértil, sus parejas y familiares.

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Se insistió en la necesidad de velar porque las madres con

con riesgo de cualquier tipo estén en los hogares maternos y con atención diferenciada; prestar atención al embarazo adolescente o precoz, reconocido como aquel que gesta una mujer entre el comienzo de la edad fértil y el final de la etapa adolescente, es decir entre los diez y 19 años.

Este último asunto tuvo varias aristas aún por consolidar, máxime si tenemos en cuenta que es considerado un problema a nivel global por los riesgos acompañados a tan temprana edad, tanto para la salud de la madre como para el bebé, dígase el peligro de la hipertensión arterial inducida por el embarazo (preclampsia-eclampsia).

Otras problemáticas de los embarazos en la adolescencia propician complicaciones como la prematuridad, infecciones, anemia, hemorragias, pero también los niños de estas madres precoces se enfrentan a un riesgo considerablemente superior de morir que los nacidos de mujeres mayores de 20 años de edad, asuntos que encontraron oídos receptivos en el auditorio para actuar de manera conjunta y urgente.

FOTO: Yoandris Delgado Matos

Bombillo rojo tuvo la cifra de los 923 abortos en el 2023, con causales como: no usar preservativos ni tabletas anticonceptivas o no gustarles los métodos de protección, con los consiguientes riesgos, al correrse el peligro de quedar desgarrado, lacerado o lesionado el cuello del útero.

Después de las rudezas en cada tema debatido, los profesionales de la Salud proyectaron sus quehaceres para el venidero período en busca de identificar las gestantes de riesgo para corregir el riesgo preconcepcional; incrementar los ingresos en los hogares maternos; completar los equipos básicos de trabajo y otras que sin duda deben traer mejores resultados al Pami en el 2024 porque calidad humana sobra.

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