
La noticia estalla sin refugio entre las frases y el titular de una publicación lo confirma: Muerto a balazos Aracelio Iglesias.
A las cuatro y cincuenta de la mañana de hoy, dejó de existir en el Hospital Municipal (Emergencias), donde se hallaba recluido desde el mediodía del domingo, el líder comunista del sector marítimo, Aracelio Iglesias Díaz, de 46 años, atacado a balazos por un grupo de individuos cuando presidía una asamblea de los obreros portuarios, (…) en la cual se discutía la visita al Ministerio del Trabajo para tratar sobre los fondos del sindicato (…), así figura un fragmento de la información del periódico habanero ¡Alerta!, del lunes 18 de octubre de 1948.
Desde que matones contratados por el gobierno de Carlos Prío Socarrás agreden por la espalda al líder sindical y le propinan cuatro disparos, se hace patente el cariño del pueblo que ronda el hospital en espera de nuevos partes médicos, fallece al otro día tras la compleja operación a que lo someten dado las heridas mortales recibidas como la perforación del pulmón izquierdo y la lesión del femoral por otro de los proyectiles.
Aracelio en la adolescencia queda huérfano de ambos progenitores y se traslada de Consolación del Sur, su ciudad natal, al municipio habanero de Regla donde vive con una tía; allí, comienza la vida laboral en los muelles como bracero y contribuye al sustento de la casa. Las duras condiciones de trabajo y el contacto diario con los astilleros moldean su carácter, y en 1931 ingresa al Partido Comunista de Cuba, sin significar un estorbo el hecho de pertenecer a la sociedad secreta Abakuá.
Una mirada retrospectiva muestra a los estibadores, braceros y chalaneros de la bahía de La Habana y el litoral de Regla, en huelga por sus demandas económicas, en 1934. El contratista Blas Pérez Rojas de la United Fruit Company pretende romper el movimiento. Aracelio organiza los piquetes para impedir el embarque de los rompehuelgas, los agentes patronales lo delatan y la policía le tiende un cerco para arrestarlo, pero logra escapar.
En una pequeña habitación de la calle Aguacate, agentes del Servicio Militar de Inteligencia lo detienen y hallan algunos libros marxistas y propaganda del Partido. También le atribuyen la propiedad de armas y explosivos: el Tribunal de Urgencia lo condena a tres años de prisión en la entonces Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud.
A su salida aquel negro rebelde regresa a la rada habanera donde sostiene un enfrentamiento con las empresas estadounidenses
Flota Blaines y Ward Line. Con el respaldo de sus compañeros arranca a los patronos importantes conquistas como la fusión de los pequeños sindicatos en los muelles capitalinos en una sola colectividad, el establecimiento de listas rotatorias que garantizan iguales oportunidades de trabajo a los peones, el aumento de salarios, el pago del descanso retribuido, la creación de Cajas de Socorro Mutuos, además de un consultorio médico y una escuela para beneficio de los trabajadores y sus familiares.
Aracelio Iglesias está junto a Lázaro Peña en la Asamblea Constituyente de la Central de Trabajadores de Cuba, integra el Comité Ejecutivo de esa organización y ocupa la máxima dirección de la Federación Obrera Marítima Local del Puerto de La Habana.
El mandato del Presidente de la República Carlos Prío Socarrás se caracteriza por el sometimiento al imperialismo estadounidense y desatar una persecución feroz para acabar con el movimiento obrero comunista mediante amenazas, chantajes, engaños, encarcelamiento y asesinatos para arrebatarle sus conquistas.
Por ello, ordenado por Estados Unidos, el gobierno de Prío Socarás encarga a grupos gansteriles liquidarlo y cae abatido por balas asesinas, el 17 de octubre de 1948 en la sede del Sindicato de Obreros Portuarios.
Su muerte temprana (el día 18), que ocurre cuando encabeza la lucha por la reivindicación de los derechos de los portuarios y en el mismo año en que también asesinan al líder azucarero Jesús Menéndez Larrondo, no mengua las energías de los colectivos portuarios, que se aglutinan cada vez más siguiendo sus enseñanzas. A 77 años de su partida física su legado permanece vivo en el movimiento sindical cubano.
Otros artículos del autor:
- None Found