
Un cartel, a la entrada de Servicios Comunales en La Fe, oferta cinco plazas de carretoneros para la recogida de basura. Lleva colgado, bien a la vista, más de 90 días; ninguno se ha presentado. Entre tanto, proliferan los vertederos y las recogidas son, por necesidad, muy esporádicas; se realizan por contingencia, con un camión de volteo y un montacarga.
No es la solución y todos lo comprenden. Los contenedores –llamados ampirrol–, aunque de gran volumen, no son suficientes para guardar tanta basura como se genera, sobre todo si falla la sistematicidad en la recogida. Y esta depende de la cuña con su brazo –rota y fuera de servicios con frecuencia– que carga al ampirrol y lo traslada hasta los vertederos.
La solución parece estar a medio camino, entre la técnica más moderna y el clásico carretón de caballo. De hecho, 20 años atrás, antes de que llegaran los grandes colectores de desechos, el poblado permanecía limpio e higienizado con recurso tan modesto.
“Éramos más de una decena –recuerda RedaméVelázquez Mota, decano de este gremio, con 26 años de trabajo en dicha función–. Se nos pagaba un salario no grande, pero generoso para la época: cobrábamos 470 pesos. Incluía el alquiler del carretón y del animal, nos facilitaban los instrumentos de limpieza e incluso, en la primera etapa hasta nos pusieron un herrero, gratuito, para el calzado de los caballos”.
Hoy el salario aprobado es de 2 100 pesos, “apenas lo suficiente para subsanar los gastos del carretón, los insumos y el caballo”, precisa Redamé.
Veamos qué hay de cierto en esto. Herrar un caballo le cuesta entre 300 y 500 pesos, si encuentra quien tenga herraduras y clavos. Armar y desarmar una goma ponchada, 50. Una caja de bolas, 700. Una goma, de 700 a 2 000 y más, en dependencia de su estado de conservación. Y si son nuevas… lo mismo que las de un Lada. En cuanto a los útiles de trabajo: una escoba de fibra, 40 pesos; una peineta, 60; y una manta, lo que pida quien se la quiera vender. Tiene, además, otros gastos: la contribución a la Onat y la póliza de Seguros contra cualquier clase de accidentes.
¿Cuánto vale un carretón? ¿Cuánto el caballo? ¿Y el mantenimiento a ese vehículo, medicinas y alimento del animal de tiro? Nada de lo formulado en estas interrogantes, y que antes estaba comprendido en el alquiler de su aporte personal a la plaza que desempeñaba, se le paga ahora.
En una reunión con los carretoneros a principios de año, para conocer su criterio en cuanto al salario que se les debe pagar –convocada por la entidad empleadora–, sus propuestas estuvieron entre 5 000 y 7 000 pesos mensuales. Se recogió su parecer, transcurrió el tiempo, sin embargo nada se ha resuelto todavía.
Por todo lo anterior, concuerdo con Redamé cuando sintetizó la situación actual: “Estoy seguro de que los carretoneros somos capaces de resolver el problema de la sanidad e higienización, pero es necesario tener en cuenta todo esto, asignarnos un salario en correspondencia y que llegue a la mayor brevedad”.