Agostinho Neto, paladín de África y del orbe

Angola pierde al político, combatiente, poeta y médico Antonio Agostinho Neto, Padre de la Independencia angolana, el diez de septiembre de 1979, hoy hace 45 años.

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Hijo de un pastor protestante y una profesora, decide formarse como médico y a costa de grandes sacrificios viaja a Portugal, en 1947, y matricula en la Facultad de Medicina de Coimbra, después continua estudios en Lisboa, también recibe una beca.

Por sus actividades políticas sufre prisión varias veces, aunque siempre lo ponen en libertad, y sigue sus estudios.

Durante su reclusión en febrero de 1955, surge a la luz un folleto con sus poemas, que describen las amargas condiciones de la vida del pueblo angolano y su ferviente esperanza en el futuro.

El confinamiento del poeta esta vez desata una ola de protestas en gran escala: se realizan encuentros, escriben cartas y envían peticiones firmadas por prestigiosos intelectuales; transcurren 24 meses y lo proclaman el prisionero político del año al gobierno fascista portugués no le queda otro remedio que liberarlo.

Neto se gradúa en 1958 y el mismo día que concluye la carrera de Medicina contrae matrimonio; al regreso a la patria ejerce la profesión sin abandonar sus ideales.

Junto a su pueblo, que aprende a pelear para no morir, dirige la lucha armada y el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), cuya consigna patriótica es: De Cabinda hasta Cunene un solo pueblo, una solanación. De esta forma, escriben una de las más brillantes páginas de la Revolución en el tantas veces expoliado continente africano.

Tras proclamarse la independencia y en reconocimiento a su larga militancia lo designan el primer Presidente de la República Popular de Angola, el 11 de noviembre de 1975, pero los enemigos tratan de abortar el proceso de descolonización y frustrar la victoria sobre el yugo colonial.

La contrarrevolución interna y sus aliados bajo la tutela del imperialismo yanqui desatan una guerra civil y amenazan con una invasión. El doctor Neto tiene la visión de pedir ayuda a la Revolución cubana, de profunda vocación internacionalista.

Con Fidel y Raúl al frente, la dirección del país envía las primeras tropas regulares a combatir a la hermana nación, el cinco de noviembre de 1975: surge así la misión militar internacionalista en Angola, la Operación Carlota, en apoyo a los combatientes del MPLA.

Cubanos y angolanos integrados en compañías mixtas preservan con sus acciones combativas la independencia y acaban con el mito de la invencibilidad sudafricana al derrotara los invasores y sus aliados, y lograr la retirada incondicional del suelo angolano. También alcanzan la independencia de Namibia, la liberación de Nelson Mandela, el fin del régimen racista del Apartheid en Sudáfrica y la paz en África Austral.

Inolvidable resulta la visita al territorio pinero, en 1978, del doctor Agostinho Neto, acompañado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. En la Esbec Saidi Viera Dias (Minga) les dan la bienvenida los profesores, trabajadores y unos 800 estudiantes de las dos escuelas angolanas concentrados allí.

Según el testimonio ofrecido al periódico Victoria en septiembre de 2019, por Ediltrudes Juan Santos Barceló, máster en Educación y docente del plantel, Fidel deja a Neto y se retira, mientras que el estadista amigo dialoga casi tres horas con los educandos.

Luego almuerza en el comedor y después sube –junto a su esposa– a la enfermería donde descansa.

A las tres de la tarde, el Líder Histórico regresa, a los 15 minutos sale Neto y Fidel de manera jocosa y sonriendo le dice: “Yo cumplí con el horario, estoy aquí desde las tres en punto como acordamos”.

Todos les dicen adiós con las manos hasta que la delegación se pierde en la distancia quedando en el centro un ambiente de optimismo.

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Al año de haberlos visitado, saben de la noticia del fallecimiento del doctor Neto, tras una larga y penosa enfermedad, en Moscú, capital de la antigua Unión Soviética.

“Estábamos en la escuela y al comunicarla a los becarios hubo una explosión de tristeza, llanto y dolor desgarrador, lo cual provoca muchos gritos y ataques de las niñas, quienes sin consuelo y tiradas al piso daban vueltas con las manos puestas en la cabeza, no resulta fácil calmarlas”, recuerda entonces Santos Barceló, quien pasa cuatro cursos en esa escuela secundaria básica en el campo hasta 1980.

Acto seguido reflexiona: “Fidel es un líder extraordinario –porque para los cubanos sigue vivo–, que traspasa los límites geográficos y del tiempo. Su amistad con otro paladín de los grandes de África y del mundo, el doctor Antonio Agostinho Neto, fue entrañable. Ambos pudieron tener una vida acomodada y por el contrario la dedicaron por completo a servirles a sus pueblos”.

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Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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