Despertar con olor a café

Foto: Tomado de Internet

Durante estos últimos meses he extrañado como nunca antes las maticas (no eran pocas) de café que mi abuela Hilda tenía plantada en el patio de la casita enclavada en las lomas del Escambray espirituano. Cuando íbamos de vacaciones la ayudábamos a pilarlo hasta degustar cada mañana aquella infusión clara que desde chica despertó en mí cierta complicidad con el humeante y aromático líquido.

Al crecer se intensificó el color y la pasión, lo he degustado de disímiles maneras; de igual forma despertó en mí la curiosidad por documentarme acerca de sus orígenes. Así fue como supe de que fue durante el siglo XVIII cuando se popularizó su consumo en el mundo occidental como un elemento más durante el desayuno.

Entonces con la creciente demanda de millones personas fue  cuando se buscaron nuevos lugares para el cultivo del cafeto. Pronto Indonesia y Latinoamérica se consolidaron como las principales fuentes de café a nivel mundial.

Y retomando el tema, no es esta redactora la única hechizada con esta bebida, somos cientos de pineros y cubanos los que hemos convertido ese sorbito o taza en el “buenos días” de cada mañana para energizarnos y emprender la jornada, debido a la versatilidad del alimento.

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Lo cierto es que desde hace varios meses el café ¡Hola! se ausenta de los productos incluidos en la canasta familiar normada, pues una vez más la falta de materia prima afecta la producción del demandado producto y, por ende, su distribución a las unidades del comercio.

Por medios de comunicación como Ahora, de la provincia Holguín y Escambray, de Sancti Spíritus, conozco de los bajos rendimientos en los campos, lo cual ha entorpecido la entrega del grano a las torrefactoras; de ahí el incumplimiento de los planes productivos.

A lo anterior se suman los elevados precios de los alimentos en el mercado internacional. Para que se tenga una idea según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) los aceites vegetales muestran un incremento de un 12,1 por ciento, mientras la tonelada de café ya anda por los 2 000 dólares. Ante este escenario al país le resulta cada vez más difícil importar alimentos.

No obstante, al escuchar al ministro de Economía Alejandro Gil Fernández en su comparecencia en la Mesa Redonda de este miércoles 27 de septiembre me pareció ver, algo así, como una lucecita al final del túnel.

“No estamos en tiempo de producción nacional de café y el importado debe llegar en el mes de octubre, cuando se distribuirá”, puntualizó.

Otro dato esperanzador es que ya se aproxima noviembre, cuando debe comenzar el arribo de la materia prima a la industria tras la recolección en los campos, donde esperamos prósperas cosechas para que perdure por siempre ese despertar con olor a café.

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Isla de la Juventud Opinión
Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

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