
Cuentan que durante la Guerra de los Diez Años asiste a una reunión y le preguntan: “¿Con qué vas a seguir esta lucha sangrienta, tú solo, careciendo de armas y municiones?”, su respuesta no se hizo esperar: “¡Con la vergüenza!”.
Hay coincidencia en las palabras y el proceder de Ignacio Agramonte y Loynaz, Mayor General del Ejército Libertador cubano y uno de los líderes sobresalientes de la contienda del ´68.
Tratado con cariño y respeto por sus subordinados con el honroso calificativo de El Mayor –puesto por el brigadier estadounidense Henry Reeve– impone estricta organización y disciplina a sus tropas.
Así forja la célebre y temeraria caballería camagüeyana que libra unas 135 acciones combativas como cuando, acompañado con 35 de sus mejores jinetes, se lanzan contra las huestes colonialistas españolas y rescatan a su amigo y brigadier Julio Sanguily Garritte.
Acerca de uno de los sucesos más atrevidos de la guerra, el Máximo Líder Fidel Castro Ruz expresa: “(…) Una de las más grandes proezas que se escribieron en nuestras luchas por la independencia, y ha pasado a ser un hecho de arma proverbial, que en aquel entonces despertó incluso la admiración de las fuerzas españolas”.

También Fidel subraya el 11 de mayo de 1973 durante la velada por el centenario de la caída de Ignacio Agramonte: “(…)Y si queremos saber cómo deben ser nuestros tanques en la hora del combate: ¡Deben ser como la caballería camagüeyana de Ignacio Agramonte en el rescate de Sanguily!”.
Amante esposo de Amalia, adalid del Derecho, genio de la caballería mambisa y líder irreductible de su tropa, que apeló a la vergüenza cuando faltaban las armas El Bayardo, sobrenombre con el que pasa a la historia, simboliza la gallardía, patriotismo y valor. Los Veteranos de la guerra de independencia siempre lo llamaron: “Paladín de la vergüenza” y “Apóstol inmaculado”.
A la distancia de 150 años de su caída en combate en Potrero de Jimaguayú su impronta se aprecia en la conducta patriótica, política, moral y ética de cubanas y cubanos de hoy, que defienden contra viento y marea su Estado socialista de derecho y justicia social, democrático , independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos.
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