La dirección completa de la mipyme Belmarys está compuesta por integrantes de una misma institución armada, que pasaron a retiro. Su formación en las trincheras, les creó una fuerte moral de grupo. Y eso los llevó, ya en la vida civil, a nuclearse para hacer un trabajo donde lo más importante no fueran las ganancias sino su aporte a la sociedad.

La encabeza Florencio Marisí Alarcón y tiene como objeto social la construcción, ambientación y decoración de locales. Un proyecto que, a los cuatro años de fundada, deberá ampliarse para incidir en sectores que no estuvieron previstos al principio.
“Entre los que ahora nos proponemos acometer –explicó Florencio– está sanear el poblado La Fe, recoger la basura apilada en los vertederos y darle el tratamiento que demanda. Esa basura contiene materia prima, en alto grado aprovechable. Ya hay mipymes en el resto del país que la están convirtiendo en compost y otros subproductos destinados, sobre todo, a la agricultura ecológica”.
Tan grande perspectiva no puede realizarse, por supuesto, sin la comprensión, apoyo y agilización de las instituciones pertinentes.
“Tenemos el caso… de la Constructora. Hay allí un grupo de equipos pesados que eran de Santa Clara, por ejemplo, un cargador al cual intentamos arrendar. Se le dio baja y ahora se va a picar para materias primas. Nosotros estamos dispuestos a recuperarlo, ponerle los neumáticos que lleva y cambiar sus accesorios en mal estado. Le daríamos 15 o 20 años más de utilidad, pero no logramos que se nos traspase”.
Nada imposible, por cierto. Y a lo cual daremos seguimiento informativo.
“En la ampliación de nuestro objeto social, nos proponemos, entre otras cosas, construir dos piscinas para el disfrute de la población. Una, natural y con agua corriente de manera constante, en la parte no contaminada del río Santa Fe. A la salida de la carretera a La Reforma, al costado del puente donde su unen los arroyos Caimán y Juan Teodoro”.
La idea es nueva solo para nosotros, los pineros. Hay varios lugares del país, sobre todo en las provincias centrales y orientales, con tramos de ríos habilitados como piscinas o playas artificiales. En Camagüey, solo por citar uno de los más conocidos, los Canjilones del río Máximo.
“La otra piscina aprovecharía las aguas del manantial Santa Lucía, un agua muy pura, famosa por sus efectos benéficos sobre la vista. Hay registros, inclusive recientes, de sus efectos curativos en la última epidemia de conjuntivitis. Está debajo del puente sobre el mismo río que da acceso al parque y al casco histórico del poblado, hoy sus aguas se pierden, van al río, sin provecho alguno.
“Esta piscina precisa de un par de turbinas o bombas de agua que adquiríamos nosotros, y serían alimentadas con paneles solares para no incidir en el consumo territorial de electricidad”.
Y no es todo…
“Sanear el río completo es nuestro propósito mayor. Estamos dispuestos a hacerlo. Y conocemos la manera, así como las posibilidades. Nos proponemos lograrlo de forma natural, ecológica, sin deterioro del medio ambiente, utilizando Microrganismos Eficientes. Esas bacterias son capaces de alimentarse con los organismos patógenos que nutren a las aguas albañales, y que hoy van crudas (sin tratamiento alguno) directamente al río”.
