
Cuba reiteró hoy su respaldo a la causa palestina, una prueba decisiva -afirmó- para la credibilidad del sistema multilateral y de la capacidad de la ONU para defender sus propósitos y principios establecidos hace 80 años.
Al intervenir en la Cuarta Comisión de la 80 Asamblea General, el Representante Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, embajador Ernesto Soberón, denunció que el pueblo palestino ha sido víctima de exterminio, limpieza étnica, castigo colectivo y apartheid.
Señaló que en Gaza se registran más de 68 mil muertes y 170 mil heridos desde octubre de 2023, y el 70 por ciento de las víctimas son niños y mujeres, en un contexto agravado por la privación de agua, electricidad, medicinas, combustible y alimentos.
Soberón advirtió que, tras dos años de brutal genocidio, el reciente acuerdo de paz es frágil y tardío, por lo que reiteró la urgencia de un alto al fuego permanente y la adopción de medidas integrales que conduzcan a una solución justa, amplia y duradera, basada en el respeto al Derecho Internacional y al Derecho Internacional Humanitario.
En ese sentido, Cuba reafirmó el derecho inalienable de Palestina a un Estado independiente y soberano, dentro de las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén Oriental como capital y el retorno de los refugiados.
Además, el diplomático cubano rechazó el papel cómplice de Estados Unidos que ha garantizado la impunidad de la Potencia Ocupante, y exigió la retirada total de las fuerzas israelíes, así como el fin de toda política ilegal de colonización y apartheid.
Finalmente, Cuba instó a garantizar acceso humanitario sin condiciones, respaldó la labor esencial de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Unrwa) y llamó a la admisión plena de Palestina como Estado miembro de la ONU.
La humanidad mantiene una deuda impagable con el noble pueblo palestino, subrayó Soberón, quien ratificó “la solidaridad invariable de Cuba con su causa legítima”.
En otra intervención esta propia jornada, la delegación de Cuba, representada por el embajador Soberón Guzmán, participó en el debate abierto del Consejo de Seguridad dedicado a la inseguridad alimentaria relacionada con los conflictos, donde destacó la urgencia de una acción internacional efectiva para enfrentar este flagelo que continúa afectando a millones de personas en el planeta.
El diplomático cubano expresó solidaridad con las naciones del continente africano que aún sufren las consecuencias históricas del colonialismo, conflictos prolongados y desigualdades estructurales, cuyos impactos se reflejan en el atraso del desarrollo y en los crecientes niveles de inseguridad alimentaria.
Enfatizó que el informe anual del sistema de Naciones Unidas estima entre 638 millones y 720 millones el número de personas afectadas por el hambre en 2024, cifra que significa del 7,8 al 8,8 por ciento de la población mundial.
Las perspectivas hacia 2030 no resultan alentadoras, a pesar de estar apenas a cinco años del cumplimiento de la Agenda 2030, alertó.
Soberón resaltó la necesidad de fortalecer la cooperación multilateral y destacó sobre estudios recientes que confirman que los conflictos armados constituyen el principal detonante de la inseguridad alimentaria aguda, que afecta actualmente a 140 millones de personas en 20 países y territorios.
Asimismo, denunció de forma contundente la dramática situación en la Franja de Gaza, donde más de 500 mil personas se encuentran en condiciones de hambruna.
Señaló que, aún tras el cese al fuego, persisten severos obstáculos para la entrada de ayuda humanitaria, mientras el 98,5 por ciento de las tierras agrícolas se encuentran destruidas o inaccesibles, lo que agrava la emergencia alimentaria.
Soberón dijo que el hambre es utilizada como arma de guerra contra el pueblo palestino, responsabilizando a Israel por crímenes de genocidio, exterminio y limpieza étnica, apoyado con impunidad política y financiamiento militar por el Gobierno de los Estados Unidos.
Cuba reiteró que el planeta dispone de recursos suficientes para garantizar alimentos y desarrollo con justicia social, pero estos son concentrados y derrochados por las grandes potencias en armamentos y políticas hegemónicas.
Por eso, el representante de la isla ante la ONU llamó a instaurar un nuevo orden económico internacional justo, equitativo y democrático, capaz de erradicar de raíz las desigualdades globales, la pobreza extrema y todo factor estructural que continúe alimentando conflictos, inestabilidad y crisis humanitarias.
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