La sociedad cubana como segunda escuela (Parte II y final)

¿Los alumnos de las escuelas internacionalistas pineras lograron insertarse en sus especialidades al retornar a sus países? Interrogante crucial a la que responde Dayana Murguía Méndez, quien recientemente concluyó su doctorado, en Alemania, con la tesis “Educación socialista, ayuda y cooperación internacional en el Tercer Mundo. Las becas oficiales de la Isla de la Juventud cubana (1977-2012)”.

“En Cuba, además de conocimientos, adquirieron actitudes, valores y principios”, constató la joven doctora Dayana Murguía/ FOTO: Wiltse Javier Peña Hijuelos

“Se construyeron 61 escuelas en el campo, tipo Esbec, las cuales acogieron a estudiantes de más de 40 países. Algunas nacionalidades representadas por una decena o menos de estudiantes. Y no todas correspondieron a países en su etapa de descolonización. Hubo otras con diferente estatus social.

“Los primeros que regresan, con formaciones cortas de noveno grado, y especialidades de nivel medio, no tuvieron mayores dificultades para insertarse en sus campos laborales correspondientes. A quienes retornaron después, no sucedió lo mismo. Encontraron otro momento histórico. Sus países abandonaban los principios socialistas y van transitando hacia el capitalismo. Hay recortes en salud, en educación e, inclusive, sus gobiernos ya no financiaban los viajes de estudiantes hacia Cuba.

“Predomina el mercado laboral. Y aquellos recién graduados –a quienes, en ciertos casos, se miraba con desconfianza por haberse formado en Cuba– tienen que insertarse en campos colaterales, no ejerciendo lo que habían estudiado acá”.

Y en tal sentido, ¿podemos considerar como fallida la cooperación educacional cubana?

“No, muy al contrario. Demuestra la integralidad de nuestro sistema educativo, cuyos conocimientos pueden aplicarse a cualquier contexto. Esto es de vital importancia. Responde a los objetivos del programa, capaz de dotar a esos países de las herramientas y suficiencia que tanto necesitaban al momento de su descolonización. Especialidades aprendidas aquí, pero aplicables en contextos diferentes.

“Muchos tuvieron que salir de sus países y se fueron a otros más desarrollados. No siempre por motivaciones económicas… Pero todos agradecen a Cuba, y muy especialmente al Comandante en Jefe, la preparación que tuvieron en Cuba. Hay conocimientos que se aprenden por el currículo académico formal pero otros, no menos valiosos, se adquieren al desarrollar habilidades y capacidades para resolver problemas.

Por encima de todo, está la formación integral del individuo. Currículo no académico, no consciente o no formal, donde se asimilan actitudes, valores y principios que aprendieron de su entorno docente, en el intercambio con sus profesores, las administraciones de las escuelas y la sociedad cubana a la que, con toda razón, denominan su segunda escuela”.

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