De tierra en entredicho a soberanía cubana

El diploma José Antonio Portuondo Valdor, que reconoce logros destacables en investigaciones de la historia cultural, fue entregado a Roberto Francisco Unger Pérez, en el acto por el Día del Historiador, que se efectuó en la Casa de la Amistad de Nueva Gerona.

Diploma de reconocimiento a Unger Pérez por sus resultados en las investigaciones histórico culturales/ FOTO: Wiltse Javier Peña Hijuelos

La ocasión permitió entrevistarlo en relación con uno de los temas que, en su condición de historiador municipal, le ocupa de forma apremiante: organizar la celebración por el centenario de la ratificación del Tratado que devolvió esta isla a la soberanía cubana.

Tuvimos así la posibilidad de conocer cómo se efectuaron aquellas celebraciones correspondientes a los primeros años. “Las actividades principales -evocó- se concentraban en las sociedades de recreo (la Popular Pinera, solo de blancos; y la Nuevo Progreso, que agrupaba a negros y mulatos). En ambas, la fiesta comenzaba seleccionando a “La Señorita 13 de marzo” y un baile simultáneo en ambas sociedades, cada uno inaugurado por el Alcalde al bailar con la joven representativa.

“En horas de la noche, se hacían verbenas; siempre con la misma división racial. Y durante el día, algo más popular, competencias de todo tipo, incluidas las corridas de cinta que tenían como escenario al río Las Casas con su infaltable cucaña, una especie de palo ensebado puesto de forma horizontal”

Esta división étnica fue cambiando, y hacia los años 50 “se realizaban grandes bailables en el parque, presididos por el Alcalde desde el portal del Ayuntamiento. Una mayor integración se estaba logrando, desde el punto de vista racial y socio cultural”

Entre los grupos sociales con mayor relevancia en la organización de aquellos festejos, estuvieron siempre los masones “… organizaron inclusive un movimiento cívico que abarcó a toda la nación cubana. Y tuvieron una participación destacable en el diseño de las actividades, un protagonismo extraordinario en la integración de la sociedad, contraponiéndose a las diferencias étnicas”

Hoy, en una sociedad donde la diferencia de los seres humanos por el color de su piel nos parece un absurdo difícil de imaginar, los pineros venteamos otro rumbo: cómo organizar mejor la celebración del próximo centenario.

“El plan está dividido en varias etapas -informó el historiador municipal- y con el propósito lograr una resonancia no solo local, sino también nacional. Hicimos las coordinaciones necesarias, y ya el Archivo Central del Ministerio de Relaciones Exteriores nos facilitó las copias facsimilares de los documentos principales, relacionados con este tema y las gestiones que se realizaron.

“Está previsto culminar la reconstrucción de la casa donde radicara el Telégrafo, al cual llegó la esperada noticia que terminó con la incertidumbre: el tratado había sido, por fin, ratificado. En el parque Lacret-Morlot se rehabilitará el monumento a la bandera, el busto de José Martí ocupará otra vez su lugar histórico y en la glorieta habrá una rosa náutica, símbolo de la tradición marinera que caracteriza a esta isla”

En cuanto a publicaciones y enriquecimiento del programa inicial, Unger Pérez destacó “…hay una novela histórica, de autor pinero,  que recrea la época y debe estar publicada para la fecha. Además, con el Instituto del Libro estamos promoviendo un mayor conocimiento de textos, y son varios, relacionados con este suceso. Otras actividades continúan agregándose al proyecto de celebración, las cuales lo enriquecerán como corresponde al momento en que esta isla dejó de estar en entredicho y pasó a ser definitivamente parte de la nación cubana”

Otros artículos del autor:

Isla de la Juventud
Colaboradores:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *