“Cuando me presentaron en la comunidad Centro dos carneiros: un anciano de 76 años se acercó y dijo que si me podía abrazar, al hacerlo el señor comenzó a llorar. Le pregunté qué le sucedía y respondió que él pensaba que se moriría sin tocar un médico de verdad”.
Así, el especialista en Medicina General Integral Lázaro Lazaga González recuerda un hecho conmovedor de su estancia en Brasil, donde llegó el 28 de octubre del 2013 al integrar el segundo grupo de galenos de la Isla de la Juventud, que se incorpora al programa humanitario Más Médicos.
“Esta misión fue diferente a la de Guatemala y Venezuela porque tuve que estudiar el portugués en la Facultad de Ciencias Médicas y, luego, en el Centro Nacional de Colaboración con profesores brasileños.
“Llegamos al estado Victoria, municipio Guaraparí, –la tierra del cantante romántico Roberto Carlos– donde recibimos una intensa preparación por espacio de otro mes que finalizó con un examen de Medicina Familiar para medir el desempeño de la especialidad, obteniendo una evaluación satisfactoria.
“Fui ubicado en el estado de Maranhao, en el municipio Vitorino Freire y durante tres años atendí, junto al médico villaclareño Lázaro García Borges, 12 comunidades indígenas y selváticas con buena aceptación de las autoridades y la población.
“Para llegar a los pacientes era transportado cada día a las comunidades en carros que montaban en tres canoas unidas por tablas por arriba para cruzar los ríos; la más distante era Alto do Brasil –74 kilómetros– y la más cercana, la de Jacaré –significa–cocodrilos, a 34 kilómetros.
“Resultan indignantes las palabras de Jair Bolsonaro por sus dudas acerca de nuestra calificación como profesionales de la salud, que de hecho está probada en más de 164 países, algo enseñado por nuestro Comandante en Jefe, respecto a que es el internacionalismo, el humanismo, la solidaridad, la hermandad y el alto sentido del deber, incluso, a costa de nuestra propia vida”.
