Jack Lemmon falleció en 2001, su epitafio dice: “Jack Lemmon en…” haciendo referencia a los créditos de cualquiera de sus 70 películas. Con 24 años inició su carrera en el cine con “The lady takes a sailor” (1949).
Ante mí una foto de la cinta “Macarrones” (1985), del prestigioso Ettore Scola, donde lo vimos junto a otro grande, el actor italiano Marcello Mastroniani, que ha sido definido como “un canto a la amistad”, y es de mis preferidas.
John Uhler Lemmon III, su verdadero nombre, nos visitó trayendo consigo el filme “Missing”, de Costa Gavras, donde personifica un padre que busca desesperadamente a su hijo durante la dictadura de Pinochet en Chile. Ese año de 1982 se le entregó un Coral de Honor en el Festival de Cine Latinoamericano.
Es imposible hablar de Lemmon sin mencionar “Algunos prefieren quemarse”, donde trabajó bajo las órdenes de quien fuera su amigo, el inolvidable Billy Wilder, que lo hizo travestirse al lado de Tony Curtis, para protagonizar la mejor comedia de todos los tiempos, y perseguir a Marilyn Monroe en su mejor actuación.
A mí me gusta mucho “Tributo” (1980) en la que su personaje da valor a la tolerancia.
Los Oscar lo nominaron 8 veces, como actor de reparto en 1955 con “Míster Roberts” y 18 años después el de mejor actor en “Salven al tigre”. Las otras nominaciones fueron con las mencionadas “Missing”, “Tributo” y “Algunos prefieren quemarse”, además de “Síndrome en China” (1929) y “El apartamento” (1960).
Dejé para el final “Días de vino y rosas” (1962), dirigido por Blake Edwards, que lo convirtió en un alcohólico al que su enajenación lo lleva a destrozar el invernadero de su amable suegro, y la vida de su esposa.
Lemmon era también músico. El festival de Cannes lo premio por “Síndrome en China” y “Missing”.
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