Entre los debates de los periodistas que tienen lugar habitualmente en la redacción, surgió el referido a las recientes medidas aplicadas al trabajo por cuenta propia.
Unos resaltaron la justeza de establecer un reajuste, a fin de poner coto a las desviaciones que han surgido en algunas de estas prácticas. Hubo también quienes se hicieron eco de temores en cuanto a que ciertas prohibiciones pudieran revertir el proceso de flexibilización y ampliación de esta modalidad no estatal, iniciado en octubre de 2010.
Es lógico que existan dudas, pues solo se han dado a conocer las primeras regulaciones. También han faltado detalles de las acciones realizadas por el Estado durante estos siete años, cuando ha detectado violaciones en el cumplimiento de las obligaciones tributarias y la subdeclaración de ingresos, así como en la sustracción de las materias primas, materiales y equipos de las empresas.
El fenómeno sobrepasa ese territorio central: ¿acaso nadie ve que por los barrios de la capital pasan camiones pregonando la venta de bloques, y que hay un libre trasiego de cemento, arena o cabillas? No solo los “cuentapropistas” o los integrantes de cooperativas de la construcción tienen responsabilidad en esto, también los directivos de los centros que expenden esos recursos y las autoridades encargadas de controlar.
El país, según información reiterada, no tiene aún condiciones para establecer mercados mayoristas que faciliten –a precios diferenciados– el abasto de materiales y productos a quienes lo requieren. Urge tratar de crearlos, pues ante el desabasto, los corruptos lucran con los recursos del Estado y los pillos se aprovechan.
Voto a dos manos alzadas por enderezar el camino del trabajo por cuenta propia: no otorgar por ahora más licencias en aquellas modalidades que deben revisarse; unificar en los servicios de belleza algunas actividades afines que antes necesitaban varios autorizos; dar la oportunidad a los transportistas privados que deseen vincularse a entidades estatales, de que adquieran el combustible a precios diferenciados, y según la disponibilidad de recursos, que compren en el mercado mayorista herramientas, partes, piezas de repuesto y accesorios con un 20 por ciento de descuento.
Todo esto, y otras acciones más, de seguro contribuirán a respaldar la esencia del trabajo no estatal y a favorecer a la población con bienes y servicios muy necesarios. Sin embargo, habrá que fortalecer el control a tiempo de cada actividad, desde el nivel municipal hasta el nacional. Y realizar de verdad la pertinente comprobación, antes de autorizar determinadas actividades, con el propósito de evitar futuras contaminaciones.
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