La ilustre pedagoga Zenaida Oropesa Soto, de gran sabiduría y patriotismo, educa a jóvenes de varias generaciones, a quienes inculca el amor patrio, el estudio del pensamiento martiano y de la vida de otros próceres.

Maestra honorífica en el centro escolar Luis de la Maza Arredondo –hoy escuela elemental de arte Leonardo Luberta Noy–, con sapiencia vincula a sus alumnos a proyectos de corte cultural y social.
Una mirada a la vida de la virtuosa docente, nacida el 23 de marzo de 1901, en Nueva Gerona, hace 123 años, conduce a una niñez feliz con la educación primorosa propiciada por sus padres Carlos Oropesa Blanco y Concepción Soto Blanco, quienes se trasladan a Batabanó, donde cursa hasta el sexto grado.
Luego, su marcada vocación por la enseñanza la lleva a profundizar en los conocimientos pedagógicos, hacerse maestra habilitada y graduarse de maestra normalista.
Regresa a su tierra natal, donde conoce a Sergio Montané Soto, con quien contrae matrimonio. De esta relación nacen cinco hijos: el mayor, Jesús, y la menor, Magalis de la Cruz, junto a sus hermanos Martha, Mireya y Sergio Jesús, sienten orgullo por el padre –contador de la Zona Fiscal de Nueva Gerona– y la madre, maestra de instrucción primaria.
En 1941, como miembro del comité de redacción de la revista Pinos Nuevos, desde la sección Feminidades, contribuye a la equidad de género entre las mujeres, amas de casa y los hombres de su época.
Vinculada al quehacer periodístico y educativo lucha en favor de la cubanía desde la Sociedad Femenina 13 de Marzo, durante 1942.
Los esposos se suman a la campaña que promueven José Elías Sardá y el Juez Municipal y Correccional Waldo Medina Méndez, para la reparación del complejo familiar semidestruido por un huracán, sitio de gran valor histórico, natural y arquitectónico poseedor de la casa tipo masía catalana, única de ese estilo constructivo en Cuba.
Al crearse en 1943 el Comité Pro-Reconstrucción de la residencia donde estuvo Martí en la finca El Abra, el matrimonio figura entre sus integrantes y todos ofrecen importantes contribuciones, con las cuales adquieren los materiales.
Años después, a petición de la Sra. Zenaida, el Ayuntamiento le entrega al juez Medina Méndez el Título de Hijo Adoptivo de Isla de Pinos.
Significativo resulta que dos de sus hijos fueran miembros activos del Movimiento 26 de Julio (M-26-7): Jesús y Magalis de la Cruz.
La familia, entregada por entero a las causas más nobles, antes y después del triunfo de la Revolución, colabora con el M-26-7 y tras la condena a prisión de los participantes en las acciones del 26 de Julio de 1953, su casa es el núcleo de las actividades, al crearse el Comité Pro-Amnistía, devenido empuje popular guiado por las madres de los presos políticos y amplificado por el país.
Ellas promulgan la Carta de las Madres de toda Cuba firmada por María Esther Aguilera, Rosario Bosque de Almeida, Luisa Prieto de Miret y la propia Zenaida Oropesa de Montané.
Numerosas son las acciones realizadas por el Comité para conseguir la liberación de los asaltantes de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, sancionados a cumplir largas condenas, así como el enfrentamiento al gobierno del tirano Fulgencio Batista frente a las pretensiones de negociar la amnistía.
Ante el condicionamiento de la libertad por el silencio y la inactividad una vez excarcelados, Fidel ripostó: “Si ese compromiso se nos exige para concedernos la libertad, decimos rotundamente que no. Mil años de cárcel antes que la humillación. Mil años de cárcel antes que el sacrificio del decoro”.
La gestión del Comité y la presión de las fuerzas revolucionarias en la nación conllevan a que el siete de mayo de 1955 se publique en la Gaceta Oficial la amnistía a los Moncadistas concedida por el Congreso y el Presidente, la cual se concreta el 15 de mayo, haciéndola coincidir con el Día de las Madres de ese año.
Zenaida recibe distinciones y reconocimientos, entre otros el título deMaestra Emérita y su condición de Educadora de Generaciones, este último otorgado por la Federación de Mujeres Cubanas en Isla de la Juventud.
En la actualidad, la casa de la familia Montané-Oropesa es un museo que recoge la historia del recinto como el sitio de creación del Comité Pro-Amnistía en defensa de los presos políticos que estaban en el Reclusorio Nacional para Hombres, atendiendo a los familiares que venían a visitarlos.
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