A 65 AÑOS DE SU MUERTE

Venancio prefirió morir que traicionar

¿Qué atributo de su hoja de vida uso para presentarlo?¿Por dónde inicio estas líneas? ¿Acaso por decir cómo, desde muy corta edad, gana la simpatía de todos al tocar el laúd y cantar décimas de su inspiración?

O más bien, relato la anécdota de cuando Venancio Rives Ortega con 11 años despunta con sus ideas revolucionarias y actúa en la obra teatral Isla de Pinos Cubana presentada en La Habana, en respaldo a la campaña por la ratificación del Tratado Hay-Quesada, que reconoce la soberanía de Cuba sobre Isla de Pinos.

En aquella puesta en escena se escucha esta décima: El derecho y la razón/Son dos armas poderosas/Que claman silenciosas/Ya, la ratificación/De pinos, la posesión/Nos pertenece por ley/Desde los tiempos de Hatuey/El indio indomable y fiero/Que combatiera altanero/La esclavitud de su rey.

Al Senado estadounidense no le quedó más remedio que validar el referido tratado el 13 de marzo de 1925, presionado por el reclamo popular en el país y un batallar de más de 20 años.

Cualquiera que sea el comienzo de la reseña escogido por mí, la intención es compartir la historia del patriota pinero signada por la fidelidad a su familia, la Patria, los amigos, a sus ideales, virtud que demuestra hasta sus últimos días.

A los 18 años entra en la Marina de Guerra, de donde lo expulsan al ser objeto de una denuncia por introducir en Isla Pinos bonos del Movimiento 26 de Julio desde su cargo de radiotelegrafista –con el grado de Sargento de Tercera de Señales– del puerto naval y aeropuerto de Nueva Gerona.

Acto seguido esbirros del tirano Fulgencio Batista lo encarcelan en el Castillo de la Punta, trasladan a La Chorrera, donde el coronel Laurent lo tortura y cuelga por sus partes, pero Venancio no delató a sus compañeros ni encontraron en su casa algún documento comprometedor.

Debido a los golpes y las torturas su salud se agrava hasta que desahuciado por los médicos lo envían a su hogar, donde fallece el 22 de noviembre de 1957.

A 65 años de su deceso, los pineros ven un ejemplo a seguir en la actitud de Venancio: no flaquear ante sus verdugos y de su lealtad a la Revolución.

Otros artículos del autor:

    None Found

Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

Colaboradores:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *