
Veo un post en Facebook solicitando donaciones de sangre para un familiar grave, pedían del tipo O negativo, según tengo entendido uno de los grupos sanguíneos más difíciles de conseguir, pero este no es un caso aislado, tal petición se hace cada vez más recurrente, ya sea en las redes sociales o en la vida social.
Un reclamo similar conmueve, sensibiliza e inquieta no solo a las familias involucradas sino también al personal de las instituciones de Salud Pública, con énfasis en los centros hospitalarios donde de manera constante se demanda para disímiles procederes médicos, al igual que en los bancos de sangre dispersos por todo el país.
Aunque en la Isla de la Juventud hasta la fecha se comporta de manera favorable el plan previsto para el actual año, ascendente a las mil 740 donaciones, las que deben realizarse de manera voluntaria no muestran los mismos resultados.

Cuando conversé con la licenciada en Laboratorio Clínico Ohalis Morales Estrada, actual directora del Banco de Sangre en el municipio, hacía referencia a los esfuerzos que deben realizar en la institución para poder llegar a las extracciones planificadas para cada mes.
En comparación con otros períodos se constata una disminución de los mayores de 18 años y hasta los 65 años que acudían a donarla con regularidad, considerándolo como un acto altruista y solidario, que contribuye a la realización de numerosas intervenciones quirúrgicas y trasplantes, lo cual en otras palabras se traduce en salvar vidas.
Es cierto que ya no disponen del carro móvil que hacía paradas en centros laborales y comunidades distantes; además puede que exista cierto inmovilismo en los CDR, organización que siempre las impulsó, y la merienda no sea tan suculenta como la de etapas anteriores, pero está garantizada (huevo hervido, pan con jamonada, yogur, helado, sirope…); sin embargo, considero que no existe obstáculo alguno que melle un programa tan humano como este.
No olvidemos que cualquiera de nosotros puede de repente necesitar una transfusión o algunos de los medicamentos derivados del plasma humano, ya sea para uno mismo, un amigo o un familiar querido.
Y digo lo anterior porque no podemos obviar que las donaciones de sangre ayudan a la atención de pacientes con cáncer o problemas hematológicos; al propio tiempo a quienes sufren accidentes inesperados, se someten a una cirugía, incluso, hasta para apoyar los diferentes servicios del Programa Materno Infantil.
En cada donación se obtienen glóbulos rojos; plaquetas, las cuales son necesarias para evitar hemorragias; plasma, básico para la coagulación, y crioprecipitado, que se usa en pacientes en terapia intensiva y en mujeres con complicaciones severas al final del embarazo.
Para quienes consideran que daña la salud están equivocados, los especialistas destacan entre los beneficios la reducción del riego de enfermedades cardiovasculares, lejos de debilitar renueva la sangre, aumenta la capacidad pulmonar y los niveles de oxigenación en todos los tejidos; así como previene los daños circulatorios e infartos, equilibra los niveles de hierro y así protege el corazón.
Podríamos mencionar otros, pero lo más importante es reflexionar al respecto para no dudar ante el acto sublime de donar sangre de forma voluntaria para que siempre esté presente en los centros asistenciales; así estaremos contribuyendo a aumentar la esperanza y la calidad de vida de cientos de personas, familiares, incluso, la nuestra.
