Una canchánchara para unir el patrimonio azucarero cubano y el turismo

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En la tórrida tarde de la península de Hicacos, una canchánchara vino a refrescar el ambiente del XV Festival Internacional Varadero Gourmet, en un gesto que simboliza la unión del patrimonio azucarero cubano con el turismo. El patio central de Plaza América sirvió de escenario para un maridaje con sabor a Santi Espíritus, provincia del centro del país.

Quienes habitualmente preparan la tradicional bebida en La Canchánchara de la villa de Trinidad llegaron hasta el mayor balneario de Cuba para mezclar miel cubana con el ron Santero que se produce en la fábrica Melanio Hernández, de esa región de Cuba.

Las empresas Apicuba y Tecnoazúcar del Grupo Azucarero Azcuba brindaron sus productos para compartir una bebida que es considerada patrimonio por su origen ligado a los cubanos que enfrentaron el poder colonial español en el siglo XIX.

Según recoge la historia, la canchánchara surgió durante las luchas por la independencia, especialmente en la Guerra de los Diez Años (1868–1878). Los “mambises” o independentistas, la preparaban en los campos como bebida caliente para combatir el frío, fortalecer el cuerpo y aliviar afecciones respiratorias.

Se elaboraba con ingredientes simples y accesibles como el aguardiente de caña artesanal, miel y cítricos y se bebía en jícaras, vasijas hechas con la nuez seca del fruto de la güira, lo que le daba un aire rústico y auténtico.

La villa de Trinidad se ha convertido en su cuna adoptiva, donde se conserva y celebra como símbolo cultural. En una taberna del nombre, perteneciente al Grupo Extrahotelero Palmares S.A., se sirve en recipientes de barro por lo general fría, con hielo, pero mantiene el resto de sus ingredientes esenciales.

 

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