
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, brindó una defensa inesperada del expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández (JOH), condenado en marzo de 2024 por narcotráfico a 45 años de prisión por la Justicia federal de Nueva York.
Esto luego que el primer mandatario estadounidense anunciase el viernes pasado que indultaría a Hernández, a quien los fiscales que lo sentaron en el banquillo lo acusaron de convertir a Honduras en un “narcoestado” y de haber lucrado en el proceso.
En el juicio, uno de los testigos aseguró que el exalcalde Alexander Ardón, aseveró que entregó millones de dólares tanto a Hernández como al expresidente Lobo para asegurarse rutas sin obstáculos para mover las drogas.
Según su calculo, con la ayuda de las autoridades hondureñas movió sin problemas unas 250 toneladas de cocaína, en sociedad con Tony Hernández, el hermano del exmandatario, y de Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del cartel de Sinaloa, ambos condenados a cadena perpetua en EE.UU.
Sin embargo, consultado por un periodista durante una conversación con la prensa en el Air Force One sobre cómo conciliaba su histórica postura de “mantener las drogas fuera de EE.UU.” con la posibilidad de indultar a un “conocido narcotraficante”, Trump respondió inicialmente con evasivas: “No sé de quién estás hablando”.
Al ser precisado el nombre, el mandatario ofreció una justificación que ha generado escepticismo y alarma: “Muchos hondureños dijeron que fue un engaño de Biden. Analicé los hechos y coincidí”.
Cuando el reportero le pidió evidencia de esta supuesta “trampa”, Trump argumentó: “Puedes tomar cualquier país que quieras, si alguien vende drogas en ese país, eso no significa que debas arrestar al presidente y ponerlo en la cárcel por el resto de su vida”.
Esta defensa contradice abiertamente el veredicto unánime de un jurado federal, que encontró a Hernández culpable de conspirar para importar a Estados Unidos más de 400 toneladas de cocaína en total, aprovechando su poder presidencial para proteger a los cárteles, incluido el de “El Chapo” Guzmán, a cambio de millonarios sobornos que financiaron su campaña política.
Campañas y conexiones
Las declaraciones de Trump no ocurren en un vacío. Durante la reciente campaña presidencial en Honduras, Trump apoyó abiertamente al candidato del Partido Nacional (el mismo de JOH), Nasry Asfura a pocas horas de que se desarrollen los comicios. Además, el jefe de Estado estadounidense amenazó con “no ayudar” a Honduras si no ganaba su candidato favorito.
Según una reciente investigación de teleSUR, el vínculo más complejo y actual que este caso destapa es el que une a Juan Orlando Hernández con el actual secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio. Como senador por Florida, Rubio fue uno de los principales valedores internacionales de Hernández.
Lo visitó en múltiples ocasiones en Tegucigalpa e, incluso, en plena crisis postelectoral de 2017 –cuando Hernández se reeligió en unos comicios denunciados como fraudulentos por la comunidad internacional–, Rubio elogió públicamente su “lucha contra las drogas”. Estas felicitaciones resultan ahora paradójicas, dado que el juicio demostró que, durante el mandato de JOH, el narcotráfico se institucionalizó, con su propio hermano, Juan Antonio “Tony” Hernández, siendo condenado previamente por tráfico de cocaína.
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