Triunfo de la cubanía

Estalla la alegría el 13 de marzo de 1925, al recibir el mensaje el operador de telegrafía Juan Blanco sale eufórico, corre desde la estación por toda la calle Martí y difunde la noticia. Los pobladores inundan las calles con banderas cubanas, abrazos, apretones de manos y el clamor de sus voces: “¡Viva la Isla de Pinos cubana!”

Representantes de la Sociedad Popular Pinera –fundada en febrero de 1901– se suman al agasajo por la ratificación del Tratado Hay- Quesada, documento que reconoce la soberanía de Cuba sobre Isla de Pinos, derecho que Estados Unidos demora 21 años en admitir. El pueblo manifiesta su sentimiento patriótico y de oposición ante las ideas anexionistas.

Una mirada retrospectiva deja ver el camino transitado antes de arribar a esa victoria. Luego de 30 años de lucha contra los españoles por la independencia Patria, los viejos mambises ven frustrados sus sueños al irrumpir los yanquis en el conflicto bélico, desatar la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana que concluye con la firma del Tratado de París, sin la participación del Ejército Libertador, el diez de diciembre de 1898.

UU. despoja a España de sus colonias: Cuba y Puerto Rico, en el mar Caribe, y las islas Filipinas y de la Micronesia en el océano Pacífico. Así, ejecuta el primer ensayo de república neocolonial y ante las naciones europeas y del orbe surge como potencia imperialista por su poderío militar y desarrollo económico interno.

Una camisa de fuerza representa la Enmienda Platt, aprobada por el Congreso estadounidense, la cual queda anexada como un apéndice al texto de la primera Constitución de la República de Cuba, bajo la amenaza de que si no la aceptan, Cuba seguiría ocupada militarmente. Debido al chantaje los cubanos tuvieron su república, pero mediatizada, sometida al imperio.

Amparado por la cláusula Washington pone gobiernos, trae sus capitales, explota los recursos naturales y humanos, ubica estaciones navales o carboneras, lo cual sustenta más tarde el establecimiento de la base naval de Guantánamo.

También dispone en el capítulo Sexto: “Que la Isla de Pinos será omitida de los límites de Cuba propuestos por la Constitución, dejándose para un futuro arreglo por Tratado la propiedad de la misma”.

Gracias al reclamo de los pineros y del movimiento popular extendido por todo el país, el Senado de EE. norteamericano se ve obligado a ratificar el 13 de marzo de 1925 el Tratado Hay-Quesada, donde se reconoce definitivamente la soberanía cubana sobre Isla de Pinos.

No obstante, mantiene vigencia la alerta de José Martí en la carta inconclusa a su amigo mexicano Manuel Mercado , el día antes de su muerte: “(…) Todo cuanto hice y haré ha sido para impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los  Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras(…). En el patriotismo y unidad de los cubanos de hoy debe estar siempre presente esta advertencia martiana.

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Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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