Las mismas calles que recorriera José Martí cuando tenía apenas 17 años en la capital de la entonces Isla de Pinos, la inundaron este 28 de enero los pioneros de la hoy Isla de la Juventud para rendirle tributo por el aniversario 172 de su natalicio.

Pero lo hicieron como solo ellos lo saben hacer con su alegría contagiosa, el talento multiplicado y el visionario pensamiento del Apóstol que sembrara en ellos infinita confianza en sus fuerzas, conocimientos y su futuro.
Entre exclamaciones de vivas, poemas, frases escritas por el Héroe Nacional, canciones, banderas cubanas y de la Organización de Pioneros José Martí levantadas y flores en no pocas manos, caminaron niños y adolescentes por las calles 37, 30, el Paseo que lleva su nombre y otras arterias de Nueva Gerona.
Van vestidos de personajes de los cuentos de la Edad de Oro y otras obras, como Pilar, la Muñeca Negra, Meñique, Nené traviesa, la Bailarina Española… repletos de valiosas enseñanzas y sueños para todas las edades.
Hasta el Desfile Pioneril Martiano llegó el niño Ian Carlos Peña Varó, de tercer grado de la escuela José Luis Tassende, del reparto Patria, con un racimo de versos que recitó desde el portal del Museo de Historia Municipal:
“Yo soy un hombre sincero/ De donde crece la palma./ Y antes de morirme quiero/ Echar mis versos del alma”, exclama con ternura el muchacho de un fragmento de los Versos Sencillos del Maestro y prosigue emocionado con otras estrofas: “Yo vengo de todas partes, / Y hacia todas partes voy”… “Mi verso, breve y sincero, / Es del vigor del acero / Con que se funde la espada”.

Más resonaron las voces de los príncipes enanos en estos parajes que él caminara durante los tres últimos meses del año 1870 en que permaneció junto a la familia de José María Sardá y Trinidad Valdés en el cercano valle intramontano de El Abra en tránsito hacia su destierro a España, con que le conmuta el colonialismo español la prisión habanera.
También estuvo en el peregrinaje Erika Aguilar Pérez, de la secundaria básica José Rafael Varona, muy orgullosa del homenaje, con otras rimas de Martí a flor de labio y alternando con la sonrisa iluminada de su rostro.
Y mientras se acercan los pioneros exploradores, que nuevamente merecieron el primer lugar en las competencias nacionales del movimiento, una algarabía contagia el ambiente y todos quedan impresionados con las demostraciones de sus habilidades en condiciones de campaña, sobreponerse a obstáculos diversos y orientarse por referentes naturales.

Avanzaron los bloques de cada escuela con iniciativas preparadas con amor para venerar al más universal de los cubanos, quien dedicó una parte significativa de su obra literaria a “los que saben querer”, los niños, de los que también afirmó que son la esperanza del mundo.
Aceras y plazas aledañas como el parque central de Nueva Gerona se desbordan con la presencia entusiasta de los familiares y vecinos de los pioneros, luego de varias jornadas arreglando los vestidos alegóricos a la literatura y el pensamiento martiano, así como de la admiración de transeúntes sumados de manera espontánea al tributo agradecido.
La Fe y otros poblados fueron testigos del homenaje al calor de la Jornada de cara al sol, con fotos, vestidos de personajes de la Edad de Oro, que escribió con mucho amor para los príncipes enanos, banderas y coloridos carteles con versos e ideas patrióticas, solidarias y antimperialistas para todos los tiempos y hoy siguen enarbolándose cuando arrecian las amenazas del norte revuelto cuyos peligros alertara.