Hasta esta semana se extendió la nominación de candidatos, importante paso que garantizará el proceso electoral del domingo 27 de noviembre y donde los electores ejercerán en primera vuelta su voto libre, directo y secreto en cada uno de los colegios que funcionarán para elegir al delegado de su circunscripción a la Asamblea Municipal del Poder Popular por cinco años.
Así lo estipula la Constitución de la República aprobada en el año 2019 donde se duplica la extensión del mandato a esos representantes del pueblo en aras de un mejor seguimiento a los planteamientos de sus electores en pos de su solución y favorecer su estable gestión integral en el barrio.
Más de 310 reuniones se realizaron desde el pasado mes en las 83 circunscripciones del territorio, en las cuales los electores propusieron y nominaron a los candidatos a delegados atendiendo a sus méritos, cualidades personales y capacidad para liderear los esfuerzos de la comunidad.
Esos hombres y mujeres consagrados fueron escogidos por los vecinos, no tuvieron que hacer promesas electorales ni ser propuestos por partido alguno como ocurre en otras naciones y sucedía en la Cuba de la sucia politiquería del pasado, sino con vocación de servicio al pueblo y compromiso con la Revolución que aseguró y defiende la principal de nuestras conquistas: el poder político del pueblo y su más amplia democracia.
Entre las características del sistema electoral vigente desde hace más de 40 años y manipulado por los enemigos a pesar de ser uno de los más transparentes del mundo, está no solo la elección por el pueblo, el soberano según la Constitución, de sus candidatos, sino también la ausencia de campañas electorales.
A diferencia de otros países, en el nuestro ningún candidato realiza promoción ni acto de este tipo, debido a que el único órgano encargado de garantizar el mismo nivel de difusión es el Consejo Electoral Nacional mediante biografías y fotos colocadas en lugares públicos y protegidas por los CDR y demás organizaciones de masas.
Otra singularidad que va más allá de lo simbólico es que quienes custodian las urnas no son militares como antaño sino pioneros de primaria y secundaria, llamados a cuidar los colegios electorales, dar fe de quienes ejercieron el voto y nutrirse de los valores vinculados a esa práctica en el futuro.
Igualmente, lejos de las matrices de que sus ciudadanos no son libres en ese ejercicio, lo cierto es que el voto es un derecho constitucional, libre y secreto ejercido por voluntad de cada ciudadano, el escrutinio público al cual pueden asistir electores y visitantes y no existe remuneración para los propuestos, quienes de forma voluntaria expresan su conformidad para tan alta responsabilidad de representar al pueblo del que forma parte con modestia.
En las actuales circunstancias el proceso que concluye adquiere una elocuente trascendencia porque es el soberano el que propone a sus delegados de acuerdo con sus méritos y capacidades y luego de ser elegidos nos representarán en trascendentales decisiones.
Las asambleas de nominación devinieron eslabón imprescindible de las jornadas electorales para la participación popular directa que ignoran y atacan quienes arremeten contra Cuba. .
Fidel nos lo recuerda hoy en un mundo en que el dinero, la mentira y la injusticia marcan los comicios en varias latitudes cual espectáculos que niegan sus fines: “Nuestro sistema político, que consagra el poder del pueblo, es la principal conquista que debemos defender”.