
En el contexto de un mundo que le disputa su hegemonía, Estados Unidos recurre a nuevos mecanismos de agresión. Lo que no puede lograr con soldados lo intenta por vías más sutiles en aras de promover su dañina dolarización, de la que tanto se habla, pero sin comprender bien su real amenaza.
Al peligro no escapamos los cubanos –aunque sin paquetazos ni los ajustes oficiales como hacen gobiernos serviles–. La estrategia destinada a esta isla no está exenta de saña desde el norte, manipulando, en operación que ofende y preocupa.
Alejandro Cruz, internauta atento al debate sobre el tema, alerta con claridad meridiana: “No invade a Cuba con marines y sí con el USD” y explica la intención del gobierno estadounidense de disminuir “la cantidad de CUP” y dar “entrada al USD…, pues es su moneda”, instrumento de colonización por el cual optan hoy.
La manera en que lo hacen suscita en redes sociales una polémica oportuna que ha desnudado a organizaciones y personeros a sueldo del imperio, cada vez más desenmascarados.
Ante la incapacidad de apoderarse de otros frentes en Cuba, los promotores del terrorismo –aunque no aparezcan en lista alguna– aprovechan fisuras del complejo escenario monetario y financiero aquí para recrudecer su cruel guerra económica por vías que impactan de forma negativa en el Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba, afectan los ingresos de divisas e impiden el acceso a fondos para adquirir alimentos y demás recursos destinados al pueblo.

Se valen del llamado El Toque, plataforma mercenaria de EE. UU. en Internet, sostenida por su dinero y devenida otro de sus engendros terroristas para inducir una inflación desproporcionada que a la vez que introduce el dólar estadounidense, reduce el peso cubano en circulación.
Como denuncian no pocos, la “diferencia cambiaria entre el mercado oficial y el informal se genera no por los bajos precios del primero, sino por los altos niveles de USD de El Toque”.
Otros afirman que no hay justificación para que de un día a otro suba el precio y alterar la escala monetaria para incidir en el brusco remonte de estos, acelerar el aumento artificial del dólar (donde auguran una tasa de cambio de 480-500 pesos por dólar aproximadamente para el 11 de julio venidero) y provocar descontento y el estallido social con el cual aún sueñan allá.
A partir de herramientas informáticas de dudosa procedencia y falso algoritmo, el referido medio digital, por más que pretenda mantener en “secreto” su financiamiento tiene la visible intencionalidad de inducir la inflación, en un escenario en que el alto valor de la tasa actual no lo genera el control o la gestión estatal, sino la invasión financiera de estrangulamiento.
Confiesan allá, incluso, los objetivos de liquidar las mipymes, afectar al sector empresarial (estatal y privado) y a los que buscan invertir en Cuba. Pretenden, además, disminuir el gasto público y la producción nacional, todo para provocar carencias y sufrimientos.
Y pensar que aún hay quienes defienden la sucia intromisión en nombre de la “libertad” en la potencia que la pisotea y agrede.
Producciones Verde Olivo en Facebook exponía al calor del debate que “es un arma de guerra de la Comunidad de Inteligencia de EE. UU., usada con anterioridad contra Nicaragua, Argentina, Venezuela” y cuestionaba: ¿Si El Toque es manejado por cubanos en el exterior, por qué la Ofac –Oficina de Control de Activos Extranjeros que tanto persigue a las transacciones cubanas– no los sanciona por esta manipulación contraria a estatutos internacionales?
Para colmo maniobran de forma cada vez más perversa y anticientífica, sin un cálculo avalado por instituciones académicas.
No lo dudemos, es terrorismo financiero contra todo un pueblo, con graves implicaciones legales y penales y que exigirá de las acciones del Gobierno cubano frente a esa imposición de manipular las tasas de cambio y retomar las riendas de tan sensible proceso en la nación.