La constante desinformación contra nuestros pueblos, la avalancha de noticias falsas y la grosera manipulación de la opinión pública por los medios hegemónicos del imperio no solo inundan las redes sociales en Internet y las nuevas tecnologías, sino que también han transformado el panorama mediático, devenido campo de batalla crucial para los periodistas y comunicadores cubanos y todo el pueblo.
Por eso en aras de fomentar debates éticos y culturales para definir los mejores caminos en la articulación tecnológica y preservar los valores fundamentales de la sociedad, Cuba desarrolla por estos días en La Habana el IV Coloquio Internacional “Patria”, con comunicadores, académicos, políticos, activistas y ciudadanos interesados en debatir sobre las oportunidades y desafíos de la tecnopolítica, terminología relativamente nueva que reconoce el papel central de la tecnología en las dinámicas políticas contemporáneas.
Auspiciado por la Unión de Periodistas de Cuba, con la colaboración de Casa de las Américas, la Asociación Hermanos Saíz y el ICAIC, el evento cuenta con una representación pinera integrada por los jóvenes directores del periódico Victoria y del telecentro Islavisión, Gerardo Mayet Cruz y Alberto Curbelo Lescay, respectivamente, el presidente aquí de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, Jorge Luis Rodríguez Pérez, y Casandra Almira Maqueira, del Departamento local del Instituto de Comunicación Social.
Todos expresan en sus mensajes desde los debates, talleres y exposiciones en la capital la utilidad de los análisis de las aceleradas transformaciones en este mundo interconectado y las oportunas actualizaciones para aprovechar mejor las grandes oportunidades que también deja la interacción frente a la desinformación, el discurso de odio y la manipulación despiadada contra Cuba y otros pueblos que luchan por sus derechos.
Tienen mucha razón mis colegas porque esas redes virtuales pueden fomentar la movilización popular y construir una ciudadanía informada, crítica y activa cuando se usan con inteligencia como encauza nuestra nación.
“En este contexto, -como afirma Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República de Cuba por el Día de la Prensa Cubana- el periodismo cubano tiene la responsabilidad de superarse a sí mismo, como un faro de veracidad y ética. Debemos utilizar las herramientas digitales no para seguir tendencias, sino para educar, para formar conciencia y para defender la verdad”.
Pero no solo es asunto del gremio periodístico, es responsabilidad igualmente de la gente común, instituciones y asociaciones diversas que requieren de la hoy imprescindible comunicación pues como subraya el lema del coloquio: “Somos pueblos tejiendo redes”, en aras de explorar las potencialidades emancipadoras de esas plataformas contemporáneas.
Coincidiendo con el 133 aniversario del periódico fundado por José Martí, del cual toma su nombre, este evento aborda no solo los desafíos de la comunicación digital, sino también de la inteligencia artificial desde la perspectiva del Sur Global del cual formamos parte defendiendo el presente y el futuro con los valores de soberanía, equidad y justicia, con estrategias emancipadoras y cooperativas en comunicación digital y el uso de la Inteligencia Artificial (IA).
Esta última en beneficio de todos, bajo preceptos inclusivos y sostenibles por eso se acordó impulsar una red Sur-Sur de desarrollo de herramientas de ese campo en función de la comunicación social, la alfabetización digital de los pueblos, espacios de integración, como laboratorios de innovación colaborativos y la cultura con contenidos transparentes y apegados a la verdad.
Es la voluntad que se abre camino a pesar de los riesgos asociados a la tecnopolítica del poder hegemónico, cada vez más agresiva y compleja, terreno en el que se impone generar políticas de protección frente tecnologías que no respetan idiomas o leyes internacionales y nos obligan a asumir el desafío de reinventar la Comunicación en tiempos digitales, como enfatizó Patricia Villegas Marin, presidenta de teleSUR, que celebró las dos décadas de la multinacional.
Podremos ser un pequeño archipiélago navegando en un mundo caracterizado por el uso y abuso de la información como arma de poder de conglomerados mediáticos, pero se agiganta el sur global con el llamado a construir una agenda común que en aras de una herramienta propia de liberación fomente el diálogo y la unión entre medios y movimientos sociales, empuñando la comunicación colectiva que además de resistir el individualismo, visibilice nuestras luchas compartidas contra el imperialismo.