Era una noche fresca. Sobre las doce, la temperatura rondaba los 18 grados Celsius. Vestido con pantalones largos, camisa de trabajo y unas botas de goma, un hombre joven, atlético, se bajó en la autopista. Venía de San Cristóbal.
Era una noche fresca. Sobre las doce, la temperatura rondaba los 18 grados Celsius. Vestido con pantalones largos, camisa de trabajo y unas botas de goma, un hombre joven, atlético, se bajó en la autopista. Venía de San Cristóbal.