Por Eduardo Sánchez Montejo (*) En las famosas Confesiones de San Agustín, el sabio enfrenta a los astrólogos que, presuntamente, podían leer el destino de las personas prestando atención a disposición de los astros en su fecha de nacimiento. El destino, dicen estos diletantes, está escrito en los astros. “¿Por qué entonces, se le oponía San […]