(…)el rayo mortífero de la revolución pulveriza la sumisión del hombre y en la fuerza de la amistad se encuentran las manos, se besan las caras(…) Agostinho Neto Antonio Agostinho Neto, padre de la nación angolana, eminente médico y poeta, junto a su pueblo –que aprendió a combatir para no morir– dirigió la lucha armada […]