“En la madrugada del día cinco eran pocos los que podían dar un paso más: la gente desmayada, caminaba pequeñas distancias para pedir descansos prolongados. Debido a ello se ordenó un alto a la orilla de un cañaveral, en un bosquecito ralo, relativamente cercano al monte firme (…)” Así narra Ernesto Guevara La Serna (Che) […]

