“Ya tengo gas, puedo cocinar”, esas fueron las primeras palabras de Paula Pita Flores, residente de la Zona 11 de Alamar, La Habana del Este, tras la llegada del gas licuado de petróleo (GLP) al punto de venta de su comunidad.
“Ya tengo gas, puedo cocinar”, esas fueron las primeras palabras de Paula Pita Flores, residente de la Zona 11 de Alamar, La Habana del Este, tras la llegada del gas licuado de petróleo (GLP) al punto de venta de su comunidad.