La transición de la vigilia al sueño no es nada fluida para nuestro cerebro: ocurre rápidamente, tras un cambio repentino en la actividad eléctrica de las neuronas que se produce cuatro minutos y medio antes de que nos quedemos dormidos. Ese punto de inflexión crucial puede detectarse en el electroencefalograma (EEG) y permite predecir con […]

