
No es una más la noticia esta semana de que un moderno ferry iniciará el servicio de transportación de pasajeros y de carga entre los puertos de Batabanó y la capital de la Isla de la Juventud, dada a conocer por Alejandro García Corrales, director general del Grupo Empresarial de Transporte Marítimo Portuario (Gemar).
Para cubanos y visitantes, pero en especial para los pineros, es la realización de un sueño de hace años disponer de un buque de este tipo con capacidad para transportar unos 430 pasajeros –que duplica la de los catamaranes–, vehículos y carga rodada; además de ser seguro tiene posibilidades de satisfacer necesidades actuales de esta ruta, la cual constituye la “carretera” para el Municipio Especial.
Tampoco es un buque más, de hecho es el más moderno de su tipo en Cuba hoy, con tecnología de avanzada y equipamiento con alta precisión de ayuda a la navegación como GPS y sistemas electrónicos.
Vino cuando menos lo imaginábamos, a pesar del recrudecimiento del cerco económico atroz del gobierno estadounidense; para poderlo burlar hubo que traerlo de muy lejos, de Asia, luego de pagar un millonario monto desembolsado en su totalidad por el Estado cubano tras hacer malabares entre tantas prioridades y carencias.
Construido en 2018 por astilleros de primer nivel internacional, la embarcación hizo su travesía –propulsada por sus propias máquinas– hasta La Habana, antes de asumir la ruta prevista.
Aunque su nombre de cuna: Perseverancia tiene mucho que ver con la nueva historia de la nave, los pineros serán quienes la bauticen, resultando otro símbolo y sueño que andará estos mares.