Singular visión del desarrollo sostenible

FOTOS: Ricardo Alarcón y cortesía de la entrevistada

La joven licenciada Leydis Santoya Díaz fue invitada por el Ministerio de Comercio de la República Popular de China al Seminario Internacional del Bambú y el Ratán en Países en Desarrollo, organizado por el Centro Internacional del Bambú y el Ratán (ICBR).

El seis de noviembre de 1997, China y otras ocho naciones, establecieron de manera oficial la Red Internacional del Bambú y el Ratán (INBAR) como organización intergubernamental con un mandato de alcance mundial consistente en promover el desarrollo del bambú (en el planeta existen 1 200 especies y 90 géneros, distribuidas en los cinco continentes) y el ratán (rattan o ratton en inglés) con más de 600 subespecies de un tipo de palmera trepadora que se encuentran en algunas regiones de África y Australia.

El seminario, al que asistió Santoya Díaz, de la Delegación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en la Isla de la Juventud y especialista en Servicios Archivísticos de dicho centro, se realizó en Beijing (China) en el mes de septiembre. Evento en el cual participaron 32 profesionales de cuatro continentes.

“Este año fueron convocados cuatro especialistas y en la selección pesó mucho el conocimiento del tema y dominio del idioma inglés, cuestión validada en la entrevista sostenida en la Embajada de China. Del resto de Cuba e incluso de Latinoamérica, no participó más nadie, fueron tensas jornadas de trabajo comunicándome solo en ese idioma”.

Las actividades del ICBR muestran un elevado rigor científico y se centran en la investigación para el desarrollo, con una especial atención a la economía circular, seguridad ecológica, alimentaria y de los medios de subsistencia. “Se llevó una presentación, precedida de una preparación, a partir de los intercambios sostenidos con varias empresas del territorio.

“La experiencia tanto profesional como personal fue muy positiva e interesante desde el punto de vista técnico y científico. Poder compartir puntos de vista con profesionales de distintos países y conocer sus enfoques sobre el amplio y diverso uso del bambú y el ratán resultó beneficioso. Además, se conoció de algunos lugares de investigación de la gramínea, así como su Museo Internacional y otros de interés histórico, monumentos y diferentes aspectos de la cultura china que permitieron una visión más integral de lo que allí acontecía”.

El evento académico constó de más de treinta conferencias impartidas por expertos y especialistas en diferentes campos de la cadena productiva del bambú: genética, agricultura, procesos industriales, botánica, cosmética, ingeniería y la construcción. En el lugar del evento, detalla la licenciada, “hay un centro que se encarga de la investigación nanotecnológica del bambú y ratán, además de un amplio programa de sustitución del plástico por bambú”.

Dicho espacio también incluyó visitas técnicas, como parte de un viaje de 13 días a las ciudades de Beijín y Lien Chi, donde se cultiva y procesa industrialmente la planta. “Allí visitamos plantaciones y fábricas dedicadas a la producción de diferentes productos a partir de las más de 800 especies existentes en China: medicinas, alimentos, carbón, tableros, mobiliario, tuberías, bebidas alcohólicas, textiles y artesanías”.

Santoya Díaz subrayó “la importancia de esta experiencia, dado el gran potencial que tiene la gramínea para el desarrollo de la Isla de la Juventud y de Cuba, donde ya están sembradas más de 6 000 hectáreas destinadas a unas 30 especies”. Países como Nigeria, Kenia, Filipinas, Bangladesh, Benin, y Gabón ejecutan múltiples proyectos que reafirman lo acertado de su uso, para soluciones apremiantes en países en desarrollo como el nuestro.

“Este es un campo donde aún se plantean muchos retos, pero sin duda, se puede contribuir a la solución de disímiles problemáticas sociales y económicas, en el que se abren numerosos caminos para la investigación”.

Por otro lado, las investigaciones ya señalan como estos pueden competir con el acero, el cemento, el metal, el plástico y la madera como un material alternativo bajo en carbono, liviano y flexible. “La aplicación del bambú en la generación de energías alternativas, la construcción masiva, así como en los productos artesanales, ámbitos en los que se avizora mucho potencial”.

Leydis Santoya fue felicitada por los organizadores del evento, por la calidad de su exposición, no solo porque lo hizo en idioma inglés, y supo romper la barrera que existía en un lugar donde no pudo apenas hablar en su lengua materna por más de diez días, sino que supo destacar lo alcanzado hasta ahora en nuestra nación y su pequeña Isla, y proyectar cuánto más se puede hacer con el apoyo del gigante asiático. “Alcanzar una verdadera cultura ecológica, en la visión del desarrollo sostenible que como país ya se proyecta, es la razón por la que se debe trabajar sin descanso en defensa del planeta”, acotó.

 (*) Colaborador

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Isla de la Juventud
Jorge Luis Rodríguez Pérez
Jorge Luis Rodríguez Pérez

Presidente de la Asociación de Comunicadores Sociales MEIJ

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