Servando: Una obra para recordar

Sus cuadros de obreros, milicianos y macheteros, son obras sólidamente construidas desde el dibujo, base expresiva esencial de su personal lenguaje visual. (Tomada de La Jiribilla).

Con motivo del centenario del nacimiento de Servando Cabrera Moreno, quedó inaugurada la exposición del artista plástico cubano, Serie de los macheteros, en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana…

Por: Jorge R. Bermúdez

En el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, el pasado 8 de junio quedó inaugurada la exposición del artista plástico cubano Servando Cabrera Moreno, con motivo del centenario de su nacimiento. Servando desarrolló una prolífica obra artística a la par de la docente. Fue de los primeros de su generación en abordar con sinceridad y creatividad la nueva realidad sociocultural generada por el triunfo revolucionario de enero de 1959. Sus cuadros de obreros, milicianos y macheteros, son obras sólidamente construidas desde el dibujo, base expresiva esencial de su personal lenguaje visual, en el que el color tiene la función de subordinarse con apego a los temas que aborda. Su obra devino entonces un mentís a toda chatura realista relacionada con la temática obrera y social.

Con la misma vocación de manifiesto en su pintura, Servando se dedicó a la enseñanza del arte en la recién creada Escuela Nacional de Arte (ENA). En esta función no fue el profesor que se limitó a lo impartido en el aula durante el horario de clases, según lo que le dictaban los planes y programas de estudio, sino el que hizo de su labor docente un hecho integral en relación con el alumnado y su quehacer pictórico. Su presencia indiscutida de guía, se puso de manifiesto en la primera generación de pintores graduados de la ENA. En este sentido, no podemos menos que recordar la influencia que en los jóvenes pintores de entonces tuvo el período de Servando relacionado con la temática de los macheteros. La Zafra de los Diez Millones de toneladas de azúcar, en 1970, fue el motivo inspirador de esta serie, en la cual el pintor generó un discurso visual a la altura de la épica laboral desarrollada por el pueblo cubano durante todo un año. Receptivos a la novedad figurativa de Servando en esta serie, la cual introducía a un nuevo nivel estético-comunicativo al cortador de caña en la historia del arte nacional, se mostraron los jóvenes artistas plásticos de la hora, un número de ellos otrora alumnos del pintor. No fueron pocos, por entonces, los que convirtieron el pincel en mocha o machete, bien para representar su propia versión del cortador de caña o para cargar contra el enemigo como nuevos mambises.

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