Sembrar alternativas frente al cambio climático

Foto: tomada de Internet

Una prioridad de la Agricultura y principalmente de la urbana, suburbana y familiar, lo constituye buscar formas creativas para la protección de los cultivos y sembrar los que puedan resistir los efectos del cambio climático.

Este ha dejado de ser un término exclusivo de científicos y debe formar parte de la cultura y práctica ambiental de agricultores y barrios, donde son cada vez más quienes hacen producir la tierra.

Los efectos de los fenómenos atmosféricos de los últimos tiempos evidencian la necesidad de enfrentar con inteligencia estos fenómenos para asegurar la alimentación del pueblo a pesar de las adversidades naturales.

En tal sentido es alentador que varios parceleros y demás cultivadores en pequeñas fincas como usufructuarios sepan que ya las autoridades del agro tienen registrados los cultivos con prioridad para etapas climáticas complejas, donde destacan la malanga y el plátano, muy demandados en la mesa de la familia.

Se incentiva, incluso, el intercalamiento de estos para facilitar, en caso de huracán o fuertes vientos, la preservación de la malanga.

Es necesario cambiar los métodos para la siembra de hortalizas, buscando espacios más seguros y construcciones que permitan el crecimiento controlado de las plantaciones, así como evitar semilleros abiertos.

Para que se tenga una idea de la urgencia de transformar la mente y las rutinas, en el país se prevé asumir la nueva estrategia con un programa de túneles capaces de garantizar semilleros seguros ante las fuerzas de huracanes e intensas lluvias.

Esas exigencias e ideas requieren estudios, saberes que a veces se subestiman y de capacitación, no sembrar por sembrar, y sí de socialización de experiencias que los barrios pueden encauzar como parte del movimiento popular de la agricultura.

Hay que cambiar hábitos y hasta la manera de preparar la tierra, teniendo en cuenta la compactación de los suelos que provoca pérdidas al carecer de buen drenaje. Por eso urge pensar más en medidas destinadas a la retención y el aprovechamiento del agua y la humedad, y a la eliminación de organismos nocivos.

Entre las novedades también está la tecnología de siembra de la frutabomba en camellones, con lo cual es posible amortiguar el impacto del exceso de lluvias; este cultivo puede ser intercalado con maíz para aprovechar el riego, y la combinación permite cosechar el grano a los 85 días de plantado, aseguran desde el Instituto Nacional de Investigaciones en Viandas Tropicales que fomenta la búsqueda de nuevas tecnologías y variedades de raíces, rizomas, tubérculos, plátanos y hortalizas capaces de atenuar los impactos climáticos, con graves consecuencias al agro.

Hoy se implementa un Plan del Estado para el enfrentamiento al cambio climático, conocido como Tarea Vida, con medidas para la adaptación al referido cambio y mitigar su incidencia ante efectos como los períodos más prolongados de intensa sequía, el ascenso del nivel del mar o la intrusión salina, de ahí la necesidad de no sobrexplotar el manto acuífero ni dañar los suelos.

Entre las ocho leyes aprobadas en reciente sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular está la de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, cuya trascendencia nos previene y prepara ante una de las mayores incertidumbres del mundo, convocándonos a capacitar y movilizar a las estructuras desde el Municipio para liderar este proceso productivo con participación popular y favorecer la agroecología.

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Isla de la Juventud
Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana.

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