Se rompe el inmovilismo, pero…

Y de la noche a la mañana la Isla fue otra, incluso, hasta los pineros asumieron comportamientos diferentes. La ciudad fue cambiando de color no solo por la pintura en las fachadas sino también por la reanimación de las instalaciones comerciales y culturales.

Foto: Karelia Álvarez Rosell

Regresaron las ferias en el parque Julio Antonio Mella, tras la recuperación de este espacio para muchos perdido por su estado de deterioro; cuyas ventas de viandas, cárnicos, hortalizas, productos del mar, entre otros, se extendieron hasta La Fe y La Demajagua.

Foto: Gerardo Mayet Cruz

Fueron intensas las jornadas de movilización hacia el área del Malecón, cuyo recobro de la entrada por vía marítima al terruño siempre ha sido un sueño de los pineros; verlo ahora convertido en una de las áreas recreativas más frecuentadas por la población corrobora que sí se puede, sobre todo cuando se convoca y pone un poco de amor a cuanto se hace.

Qué decir de la recuperación de los parques infantiles y la construcción de espacios similares en comunidades en situación de vulnerabilidad, de los consultorios del médico y la enfermera de la familia rehabilitados en pos de mejorar su confort y la atención a los pacientes; así como las áreas agrícolas y polos productivos fomentados para potenciar la producción de alimentos.

Salud sobrecumplió con la entrega de consultorios médicos/ FOTO: Yoandris Delgado

Otro de los resultados lo constituye la reanimación de la acuicultura, rama de la industria pesquera que llegó a un gran deterioro al perder prácticamente su pie de cría; sin embargo, el pasado año superó los siete millones de alevines sembrados en embalses y espejos de agua en el municipio. Este año, espero, ya debemos ver los resultados en los pescaderitos.

El camión debe adentrarse en el agua para poder depositar a los alevines/ FOTO: Yoandris Delgado y Casandra Almira

Sin duda la Isla, desde los primeros meses del 2023, comenzó a ser diferente, varios progresos son elocuentes. La gente lo siente, lo vive y ha sido partícipe de las transformaciones, motivada por ese movimiento llamado Sentir Pinero Por un 26 en el 24, al cual convocó la nueva dirección del Partido con el propósito de impulsar programas y alcanzar la sede por el 26 de Julio.

En días recientes conocimos que la provincia Sancti Spíritus había sido merecedora de la sede del acto central de tan significativa efeméride. De manera particular felicito a los espirituanos por sus empeños en medio del contexto actual, mas a su vez reconozco el empuje de los pineros por salir del letargo.

No obstante, queda mucho por hacer y transformar, sobre todo en el ámbito económico, pues más de cinco empresas en la actualidad operan con pérdidas y el cumplimiento de la circulación mercantil continúa siendo asignatura pendiente, resultando la Empresa de Comercio la de mayor incidencia.

El sector agrícola, por ejemplo, aunque gana en organización en algunas de sus ramas todavía debe resolver problemas con barba extensa y que obstaculizan ese fortalecimiento. Urge centrar los esfuerzos en la ganadería con vistas a que exista presencia de sus producciones tanto en la industria como en carnicerías, mercados y otros puntos de venta.

Aunque en este sector la recuperación es más lenta, las cosas tienen que hacerse bien y con sistematicidad para lograr su impostergable despegue, del cual depende el sostenimiento de la industria y otros sectores; ello redundará en mayor presencia de alimentos en tarimas y hogares.

A lo anterior se suman la estabilidad de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, la producción de materiales de la construcción, el encadenamiento productivo con actores del sector no estatal, el incremento de los fondos exportables de la localidad y el cumplimiento del Plan de la Economía y el Presupuesto, con resultados positivos en las ventas netas totales y otros indicadores.

En el ámbito social también habrá que centrarse. Por ejemplo, con respecto a la salud la Isla cerró el 2023 con una tasa de mortalidad infantil de 9,3 por cada mil nacidos vivos, uno de los índices más altos del país; ello demanda de mayores desvelos y compromisos, pero no solo en el Programa Materno Infantil sino en todas las áreas relacionadas con este sector tan vinculado a elevar la calidad de vida de las personas.

Quedan otras insatisfacciones en actividades como la recogida de desechos sólidos, el abasto de agua potable a la población y las aguas albañales en las calles, para cuya solución se han aplicado variantes, pero la realidad es que ameritan otras miradas.

A pesar de lo pendiente el territorio está en un buen momento para aportar más a su desarrollo con un trabajo coherente, innovador y sistemático. Al menos se rompió el inmovilismo y a partir de ahora todo puede ser mucho más fácil.

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Isla de la Juventud Opinión
Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

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