Se quedaron con las ganas

Ante las verdades de una Cuba que se enfrenta a dificultades diversas provocadas por el bloqueo imperialista, el pueblo –junto a sus autoridades– desbarató las acciones provocadoras que contra el orden interior del país incentivaron terroristas radicados en EE. UU. y el gobierno de esa nación hace unos días en algunos lugares de Santiago de Cuba, Bayamo, Holguín y Matanzas.

En cuestión de horas fue derrotada la incipiente campaña contrarrevolucionaria que, por medio de la multiplicación artificial de mensajes de odio y contenidos subversivos en redes sociales y sitios anticubanos, distorsionaron a su conveniencia el reclamo que grupos de ciudadanos han manifestado, por lógicas inconformidades con el servicio eléctrico y la distribución de alimentos.

Mediante la red social X, el primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, denunció la articulación propagandística e instigadora de los enemigos de la Revolución para provocar desestabilización y caos, a partir de las tensiones que generan las limitaciones del servicio eléctrico por déficit de combustible y otras carencias cotidianas, incluida la política de asfixia económica de Estados Unidos contra Cuba.

En vez de seguirle el juego a esa burda manipulación los pineros desplegaron diversas actividades como las dedicadas a los niños en la comunidad Ciro Redondo, labores realizadas en la producción de alimentos, el mejoramiento de instalaciones; a la par continuaron las reuniones con la militancia del Partido por zonas de residencia llamando a la ejemplaridad que exige la vanguardia política que emana del pueblo.

En La Habana, Cuba llamó a capítulo al encargado de Negocios de la Embajada de EE. UU., Benjamin Ziff y en la Cancillería le fue entregada una nota formal de protesta, se le recordaron la decencia y honestidad que se esperan de una misión diplomática, y se denunció el plan desestabilizador contra el pueblo y el reforzamiento de la guerra económica despiadada para irritar a la población

Como argumentara Díaz-Canel y se demostró en los intercambios con la población inconforme, “la disposición de las autoridades del Partido, el Estado y el Gobierno es atender los reclamos de nuestro pueblo, escuchar, dialogar, explicar las numerosas gestiones que se realizan para mejorar la situación, siempre en un ambiente de tranquilidad”.

Tal es nuestra ética. Se expresó muy claro por estos días. El miembro del Buró Político del Partido y secretario de Organización de su Comité Central, Roberto Morales Ojeda, subrayó también que “la premisa siempre será la atención al pueblo, en un ambiente de paz y tranquilidad, frente a los persistentes intentos de contrarrevolucionarios y terroristas en el exterior por desestabilizar el país”.

El enemigo histórico y su coro de mercenarios se asocian para el estrangulamiento de Cuba, pues: “Buscan la asfixia con el bloqueo genocida y, sobre las carencias y dificultades cotidianas que nos imponen, articulan su otra guerra desde las plataformas que dominan y usufructan”, desenmascaró el canciller Bruno Rodríguez Parrilla sobre ese contubernio injerencista.

 

Ya lo alertó nuestro presidente en el 2021: “La Embajada de EE. UU. viene desempeñando un papel creciente en los esfuerzos de subversión política (…)”, con “pronunciamientos ofensivos que constituyen entrometimientos abiertos”.

Pero los señores del caos se quedaron con las ganas. Buscaban utilizar la calumnia y la mentira cual misiles para ablandar las defensas y asaltar el bastión inexpugnable que es el alma de nuestra nación, erguida con la más elevada hidalguía por doquier.

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Isla de la Juventud Opinión
Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana.

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