La reciente jornada de preparación y ejercicios con los integrantes del Destacamento Mirando al Mar en el sureño poblado de Cocodrilo por oficiales de las Tropas Guardafronteras, y su fortalecimiento con nuevos integrantes, pone en mejores condiciones a esa tropa de los CDR para el cumplimiento de sus diversas misiones en la protección de ese lugar parte de la frontera.

Cuando casi todos los del caserío duermen ellos comienzan su otra faena, en la que cumplen tareas como enfrentar los recalos de drogas, detección de salidas ilegales o posibles infiltraciones de lanchas extranjeras, enfrentamiento a indisciplinas sociales, resquebrajamiento de las leyes como la pesca indiscriminada, el tráfico de especies de árboles y animales con las correspondientes afectaciones a la flora y la fauna endémicas y los ecosistemas.
Aunque Cuba no es productora de las peligrosas sustancias, su situación geográfica la ubica en un punto intermedio entre los países de origen del narcotráfico (suramérica) y el mayor consumidor (EE. UU.), por lo que como resultado de operaciones contra narcotraficantes en alta mar, son lanzados los alijos que luego arrastran las corrientes marinas hasta llegar a costas pineras.
Mas, esos “desembarcos” son enfrentados por comunidades como esta junto a instituciones para impedir que las letales sustancias lleguen a vecinos y visitantes, en especial jóvenes, los más vulnerables a sus negativos efectos.
Cada vez se conoce más de los graves peligros de esas sustancias tóxicas no solo a la salud física y síquica, con mayor severidad en adolescentes y jóvenes, sino también para las relaciones personales, lo moral y la legalidad, ya que el contacto con estupefacientes, sustancias sicotrópicas y otras de efectos similares tipifican como delitos en la Ley del Código Penal.
Las drogas, además, alteran las funciones del cerebro y provocan fuerte dependencia, así como alucinaciones, paranoia y enajenación. Ellas son de los principales factores de peligro para la salud y los problemas derivados se asocian con el riesgo de trasmisión del VIH/Sida, contraer hepatitis y la tuberculosis, así como causar la muerte por sobredosis, padecer enfermedades cardiovasculares y conducir incluso al suicidio.

Por eso especialistas de Salud Pública y otras entidades se unen a los esfuerzos.
La sacrificada y cotidiana tarea día y noche, desafiando los rigores del monte, los insectos y el diente de perro, deja, sin embargo, alegrías a las fuerzas populares y profesionales que unen voluntades en ese apartado lugar.
Eulalia Virgen Núñez Valdivia, jefa de esa fuerza en Cocodrilo, y el joven teniente Alexei Robert Ramírez, de Guardafronteras, no ocultan su satisfacción cuando al frustrar un recalo impiden que lleguen a jóvenes u otras personas sustancias tan dañinas por elementos inescrupulosos.
Tales son las nobles motivaciones de sus hombres y mujeres contra las drogas y otras ilegalidades, batalla que para Alexei es como salvar vidas.
Se trata de misiones tan diversas como permanentes que exigen mucho más que sacrificios al realizarse en condiciones adversas y a veces desde el anonimato y para la cual se preparan durante todo el año con simulacros, la Operación Conjunta CDR-Tropas Guardafronteras, intercambios, ingreso de nuevos integrantes, labores educativas para proteger igualmente la flora y la fauna, maniobras ante la entrada de sustancias ilegales y otros delitos, así como la merecida estimulación a los más destacados.
Esa compleja labor demanda sobre todo honestidad porque en ocasiones se está ante el tráfico de mercancías generadoras de riqueza en el litoral: madera, mariscos, droga, aves y otras y ha de primar la confianza de que ese colaborador lo va a informar y frustrar, como exige su tarea.
Las autoridades afirman que esos destacamentos detectan en el país más del 60 por ciento de los paquetes de estupefacientes llegados a costas cubanas.
(*) Colaborador