Revisar y actuar con urgencia

Redacción digital

Resulta recurrente en reuniones donde la palabra de orden sea control, escuchar en boca de algunos el escudo “vamos a revisar eso”, lo cual pudiera interpretarse, en algunos de los casos, como la típica frase escurridiza a las insuficiencias analizadas y en otros denota desconocimiento del asunto en cuestión.

La vida ha demostrado que el “revisado” no pasa de ese espacio, pues luego, en ocasiones, esa página de la agenda de trabajo no vuelve a ser hojeada y mucho menos el tema ocupa la atención del Consejo de Dirección del centro implicado o de la Asamblea de Afiliados, por solo mencionar dos tribunas de importancia para analizar con la masa de trabajadores cualquier obstáculo que impida el cumplimiento del plan o esté afectando la producción.

Tales vocablos se unen a otros que también hicieron moda: “Se nos va de las manos”, “ya lo elevamos al Ministerio”, “estamos enfrascados en…”, “con un nivelito que nos asignen resolveremos ese problema”, entre otras locuciones operativas que hablan de no aplicar, a veces, la vieja frase de “tocar con la mano”, como se dice en buen cubano, los problemas subjetivos que ensombrecen el cumplimiento del encargo social.

De hacerse esta praxis como sistema de trabajo de seguro brotará más participación, integralidad, agilidad y sobre todo, se demostrará que sí se puede mejorar la calidad de vida del pueblo, expresado en exigir mayor producción de alimentos y calidad de los servicios, además de menor inflación.

Si de revisiones se trata, bien pudiera pensarse en examinar problemáticas cuya solución no depende de grandes inversiones, inclusión en el Plan de la Economía, “inyecciones económicas” al presupuesto de gasto asignado para el año, arribo al país de materias primas o la entrega desde su organismo rector de equipamientos u otras justificaciones.

Considero se puede dar mejor uso a las neuronas para encontrar solución con unidad y los propios recursos existentes, máxime si es conocida la difícil situación que presenta la economía nacional, la cual reclama mayor eficiencia y lograr encadenamientos productivos con los nuevos actores económicos.

Se trata de no esperar el señalamiento con el dedo y chequear más lo que nos corresponde para así evitar enrojecerse cuando se pudo recibir aplausos por buena actuación o profesionalidad demostrada ante determinada deficiencia.

Los tiempos demandan de ser rápidos al analizar los problemas de cada lugar, no esperar indicaciones de “arriba” y ser más protagonistas por el bien del desarrollo del país. Se impone revisar y actuar, y eso sí debemos chequearlo lo antes posible.

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