Ante la llegada de cada nuevo aniversario siempre es igual, redoblan los esfuerzos cotidianos, inventan con lo que no hay, se crecen, vuelven los nervios como si fuera la primera función, la primera obra.
Así ha sido por 31 años y así será, pues si como reportera debiera definir al elenco de Teatro de la Isla Joven (Tijo) con pocas palabras, diría: entrega y persistencia.
A lo largo de la vida hemos visto a Francisco Fonseca Leyva y su tropa luchar contra altas mareas y molinos de viento, sin menguar. Siempre poniendo su fe y talento en lo que mejor saben hacer y en lo que creen, el teatro. Mucho debe la cultura pinera a este grupo insignia del teatro comunitario; mucho si de mover el pensamiento y llamarnos a la reflexión se trata; mucho si se habla de ser mejores seres humanos.
Hoy sus integrantes, como su asiduo público, festejan otro cumpleaños en el que llegan a los 25 años de trayectoria artística Adolfo Caicedo Reyes, Eduardo Leyva Pérez y Ernesto Cárdenas Jiménez, a quienes los pineros hemos visto evolucionar y convertirse desde la autosuperación y constancia en excelentes actores.
Decir Tijo es decir Israel Llevat Pantoja –fundador del teatro pinero–, Inelsi (Ibis) Zaragoza Berrey –toda versatilidad– y es en esencia Fonseca, el alma de un grupo con el que siempre tendrán que contar la escena pinera, los barrios y las comunidades.
La jornada teatral 25 x3 tiene el propósito desde la divertidísima pieza Caníbal Night y otras ya emblemáticas como La traición de la costumbre y Una bola de luz en la isla homenajear a Fitico, Eduardo y Ernesto, pero es más, un regalazo a todo el elenco, verdaderos quijotes de estos tiempos.
(*) Actor, dramaturgo y director del grupo Tijo
