¿Qué está pasando?

Llevo unos cuantos días por saber el costo, al presupuesto del Estado gastado, en la creación de las tarjetas para presentar en la compra de los módulos en las cadenas de tiendas, sin respuestas. Lo cierto es que ahora, y lo he dicho en reiteradas ocasiones, se ralentiza el servicio en lugares que no tienen el mínimo de condiciones.

En fin, la tarjetica no tiene función alguna, al no ser querer implantar un super control sin razón, por cuanto siguen llevando las anotaciones en la libreta de abastecimientos y en un torpedo, ahora doblemente por los representantes de las bodegas y los dependientes a la hora de las compras, como consecuencias, recarga de la labor de los trabajadores y más demoras para los clientes.

Lo último lo visualicé, en tablillas y todo, el juego de las entidades estatales con el mercado negro, justo en la Cafetería del Panel I, la libra de azúcar a 250 pesos, eso es correcto, no habrá otras opciones para lograr evitar el acaparamiento que tomando estas medidas que solo afectan al bolsillo de los de a pie.

La máxima dirección del país centra el esfuerzo principal en las decisiones de los municipios, como primer eslabón de la cadena productiva, y sin embargo no vemos esa protección a los más vulnerables en la Isla de la Juventud.

Los precios siguen galopando de una semana a otra, aun cuando las autoridades hacen un tímido esfuerzo para intervenir.

La oferta y demanda se pueden controlar, máxime si existe un déficit tan pronunciado en las ofertas.

Un aplauso a la Pesca que sigue vendiendo productos a precios asequibles, léase los paquetes de rejo de langosta y cangrejo y otras producciones para beneficio de la población que enfrenta situaciones más que difíciles, por el bloqueo, y lo digo de nuevo, las insuficiencias nuestras y el mundo complejo de hoy de la que Cuba no está exenta.

Urge hacer análisis, no para una reunión más, sino para adoptar decisiones, a partir de la ciencia, luego de una valoración en el terreno, donde se tomen criterios de la población.

No se pueden seguir pagando tres boniatos a 200 pesos, ni tres guayabas a 100, se requiere un control efectivo de los precios, y como dice la máxima dirección del país, tener en cuenta a los más vulnerables, aquellos que lo dieron todo y ahora por su edad la chequera se les queda prácticamente en las farmacias.

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Isla de la Juventud Opinión
Pedro Blanco Oliva
Pedro Blanco Oliva

Licenciado en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomado en Periodismo con más de 40 años en la profesión

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2 Replies to “¿Qué está pasando?

  1. Estoy muy de acuerdo contigo en tu valoración de los precios. Nosotros los jubilados, nuestra pensión no alcaza para los precios abusivos en que se venden mercancías y artículos vitales para vivir decorosamente. Nuestro municipio tienen que ser más enérgico en controlar esta situación.Esta alza de precios no se corresponde por la orientaciones emanadas por nuestros máximos dirigentes.

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