Según los pronósticos, dada la alta incidencia de casos positivos acumulados en el territorio durante el último trimestre, se espera que para finales de este mes vayan descendiendo de manera paulatina los contagios por covid 19, pero mientras ese momento llega qué hacemos.
Hasta hoy en la Isla se cuantifican 14 fallecidos como consecuencia del coronavirus y la tendencia de confirmados presenta –desde hace semanas– cifras de entre 80 a 100 diarios.
Si se analiza en números fríos pudiera no sonar alarmante, mas no se trata de números, sino de vidas en peligro constante pues, aunque muchos crean que cursarán la enfermedad como un catarro pasajero, cada persona es diferente y no existe forma infalible de prever cómo reaccionará su organismo, aun cuando haya recibido el esquema completo de vacunación –elemento importante gracias a la comprobada eficacia–.
La falta de disciplina ha sido un golpe en contra y no acaba de solucionarse ese problema. Hablo no solo de quienes se ponen nasobuco para salir a las calles mientras en sus barrios andan como si nada, o de los niños jugando con la mascarilla en el cuello o el bolsillo, o los adolescentes y jóvenes que se lanzan a la carrera si viene un inspector a llamarles la atención.
Como se ha dicho, la responsabilidad en el enfrentamiento a la covid es tarea de todos y esto aún no cala profundo. Hace días el Grupo Temporal de Trabajo, unido a las autoridades sanitarias, llamaba a crear grupos multifactoriales en los consejos populares para el apoyo al cumplimiento de los protocolos sanitarios de los ingresados domiciliarios, sin embargo, estos grupos no funcionan correctamente. De nada sirve que nuestros científicos pasen horas buscando respuestas si como ciudadanos no ponemos de nuestra parte.
Como dice el refrán: “Es mejor prevenir que tener que lamentar”.
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