Euclides Veyrut González es uno de los productores de la Isla de la Juventud que bien saben hacer producir la tierra. Lo lleva en la sangre, pues su abuela fue campesina y eso lo mantuvo siempre vinculado al surco. Además, reconoce con sobrado orgullo que le apasiona cultivar la tierra.

Es licenciado en Cultura Física, pero como le seduce tanto lo concerniente al trabajo en el campo, tras 11 años de quehacer en la universidad Jesús Montané Oropesa se fue incorporando al movimiento porcino porque le atrae la crianza de ese animal –aun posee convenios porcinos– y a partir del avance experimentado le resultó difícil llevar ambas labores y decidió dedicarse a la tierra.
“Me gusta prepararme en los diferentes cultivos, buscar la tecnología. Si te prepararas bien a la tierra se le pueden sacar excelentes resultados”, destacó convencido.
Para la presente campaña de siembra de frío Euclides está inmerso en la labranza de 15 hectáreas de frijol en un área bajo máquina de riego ubicada poco antes de llegar a la casa de altos estudios pinera.

“Llevo alrededor de diez años, desde que tengo esta máquina de riego bajo mi cargo, plantando frijoles. Antes lo hacíamos con la unidad básica de producción cooperativa Capitán Lawton, a la cual pertenecíamos.
“En esta campaña las máximas autoridades del territorio y directivos del sistema de la Agricultura hablaron conmigo para cultivar un nivel de frijoles adelantado, como le decimos aquí, con el objetivo de que se pueda ofertar a la población para los días de fin de año. Nos explicaron cómo debía ser la tarea y la asumimos con responsabilidad.
“Estamos sembrando el back, negro y colorado. Esta contienda se va enfrentar con muy poca disponibilidad de recursos, no hay productos químicos de alta calidad, pero recurrimos a alternativas con los productos biológicos como el árbol del nim, la leche de la cardona descompuesta en agua y mucho riego, pues uno de los elementos que más ayuda a combatir el thripspalmi es el riego”.
Euclides manifestó su preferencia por plantar varios cultivos. “Tenemos un adelanto de la preparación de la tierra destinada a la papa, todo marcha bien, al igual que otros productos como el plátano extradenso –donde hay un nivel ya plantado– y esperamos por las restantes vitroplantas para continuar.
“De igual manera nos dedicamos a producir hortalizas, en lo fundamental col; cada año aprovechamos las áreas del plátano y la intercalamos teniendo en cuenta que posee un tamaño mediano y aporta buenos resultados”, concluyó.