
Un domingo de anhelada lluvia despertó a las mamás pineras este 10 de mayo, Día de las Madres. Junto a la llovizna que no cesa el aislamiento social tampoco permite las calles abarrotadas por las familias que tradicionalmente salen a festejar.
Parece –en estos días de la COVID-19– una jornada más; en el hogar ahora entienden mejor el valor de quienes conviven juntos y preparan de manera diferente la celebración para homenajear a aquellas que combinan profesión y crianza al estilo de la mejor heroína femenina.
Y es que las féminas sorprenden en estos tiempos de coronavirus, lo hacen en la casa, el trabajo, hospitales, centros asistenciales y otros, donde aportan su conocimiento y valentía, como la pediatra Yanulquis Espinosa Lago, quien este sábado concluyó junto a otros cuatro trabajadores de la Salud una victoriosa cuarentena, a la cual llegó después de ofrecer por largo período sus servicios en el sector.

Hoy la doctora Espinosa está sana en casa y de seguro allí realiza algunas iniciativas, de esas que priman por doquier como la que tuvieron los mensajeros de la zona de aislamiento de Abel Santamaría; ellos realizaron una jornada matutina de ejercicios con los vecinos de los edificios cercados.
Diversos son los mensajes de felicitación que llegan a las madres a través de los medios de comunicación, las redes sociales y en especial de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), organización femenil cubana que promueve el empoderamiento de la mujer.
El ambiente es casi totalmente diferente, en esta ocasión los presentes no llegan de la Feria Nacional de Artesanía Arte para Mamá, sino de lo profundo del corazón de quienes la logran ver como una construcción desatada del patriarcado, que no le reduce la feminidad a la maternidad y que sobre todo no les niega el derecho a ser libres, a la vez que rompen cualquier obstáculo por la felicidad de sus hijos y del hogar.


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