“La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos”-
Platón
En medio de las crisis globales se celebra, como cada 17 de octubre, el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, efeméride conectada con el 30 de octubre, instituido como Día Mundial Contra el Hambre, ambas establecidas con el propósito de promover mayor conciencia sobre las necesidades para erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países, particularmente en los en vías de desarrollo, además de eliminar el espectro del hambre de la faz de la Tierra.
Este objetivo es un factor fundamental del programa de desarrollo de las Naciones Unidas y sigue siendo el elemento central de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y de la agenda para el desarrollo después de 2015.
La primera celebración de una jornada en contra de tales males tuvo lugar en París, Francia en 1987, cuando más de 100 000 personas se reunieron en la plaza de Trocadero para manifestarse a favor de los derechos humanos y la libertad, en honor a las víctimas de la pobreza, el hambre, la violencia y el miedo. La convocatoria fue organizada por Joseph HYPERLINK “http://es.wikipedia.org/wiki/Joseph_Wresinski”Wresinski, fundador del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo.
Cada 30 de octubre se exhorta a visibilizar a aquellos que viven en condiciones de hambruna, problemática de la que muchos ignoran su verdadera dimensión.
¿Qué es una hambruna?, es el estadio de mayor gravedad de una crisis humana, el que sigue a una emergencia humanitaria. La última hambruna data de 1992, cuando perdieron la vida 300 000 somalíes. Los principales indicadores que la definen son:
Tasa de desnutrición aguda por encima del 30 por ciento muy por encima de los niveles de emergencia, elevada mortalidad. Más de dos fallecimientos por cada 10 000 personas al día e imposibilidad de acceder a los alimentos y muy limitado acceso al agua, menos de cuatro litros por persona al día.
En este 2023 el Día Mundial de la Alimentación se solapa con una de las peores crisis alimentarias del último siglo. Se cumplen ahora tres meses de la declaración oficial de hambruna en Somalia. No es un capricho semántico de Naciones Unidas.
Lo que está pasando en el Cuerno de África ha vuelto a elevar el hambre a niveles difíciles de imaginar: no veíamos algo así desde 1992 (300 000 muertes, también Somalia), 1980, cuando murieron un millón de personas en Etiopía o 1967 (un millón y medio de víctimas, en Biafra).
Pero hay una diferencia importante: la hambruna de hoy está pasando cuando, por fin, se cuenta con el conocimiento y los medios para erradicar la desnutrición. Desde mediados de los ’90, los Alimentos Terapéuticos Listos para su Uso han marcado un antes y un después en la lucha contra este mal.
Es por ello que en esta ocasión nos parece importante tratar de dirigir nuestra atención hacia esta solución sencilla y eficaz a la que sólo tienen acceso el nueve por ciento de los niños desnutridos. Hay que recordar también a los 925 millones de personas que hoy viven amenazados por el hambre en el Cuerno de África y en todo el mundo. Hoy, menos que nunca, no podemos olvidarles.
El número de personas que viven en la pobreza es más elevado que lo estimado con anterioridad y que las actuales crisis financieras y de inseguridad alimentaria, así como la irregularidad de los precios de la energía, pueden entrañar riesgos considerables para el logro de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los ODM.
Las cifras del hambre en el mundo hablan por sí solas: 925 millones de personas hambrientas en todo el mundo, 200 millones de niños viven con desnutrición crónica, 55 millones de niños menores de cinco años padecen desnutrición aguda, 19 millones de niños la sufre es su estadio más grave: desnutrición aguda severa, 10 000 niños mueren cada día por desnutrición, el hambre está relacionada con el 35 por ciento de muertes infantiles.
La mayoría de personas con hambre vive en Asia (578 millones), aunque es África el continente con mayor peso relativo
Hoy, en el cuerno de África, 13,3 millones de personas están siendo golpeadas por la peor sequía en los últimos 60 años. Cuatro millones de somalíes están viviendo una situación de hambruna. 750.000, la mayoría niños, corren el riesgo inminente de morir de hambre.
Este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza pondrá, nuevamente un foco sobre la necesidad de una alianza mundial real y concreta contra la pobreza.
El número de personas que sufren hambre en el mundo sigue siendo inaceptablemente elevado, no obstante el adelanto reciente que redujo la cifra por debajo de los mil millones. La Fao estima que el número de personas que sufren de hambre crónica será de 925 millones. Es por esto que la Fao lucha contra la pobreza y para reducir el hambre a través de la mejora de la productividad agrícola y los ingresos, así como el fomento de mejores prácticas nutricionales en todos los niveles y de programas que incrementen el acceso directo e inmediato de los más necesitados a los alimentos.
El problema del hambre, principal preocupación de Fao, es tan importante para la Onu que conforma parte del primero de los objetivos de desarrollo del milenio.
La visión de la Fao consiste en un mundo libre del hambre y de la malnutrición en el que la alimentación y la agricultura contribuyan a mejorar los niveles de vida de todos sus habitantes, en especial los más pobres, de forma sostenible desde el punto de vista económico, social y ambiental. Unamos ideas para erradicar esta problemática.