Uno de los mejores regalos que pudieran recibir los pineros está contenido en la labor que por más de dos años realiza el matancero Esteban Rubén Grau González-Quevedo. Este miembro de la Sociedad Espeleológica de Cuba y de la Fundación Antonio Núñez Jiménez atrapa en fotografías en tercera dimensión el interior de las cuevas de Punta del Este para hacerlas imperecederas.

No falta mucho tiempo para que su obsequio termine la fase de elaboración y llegue a la Isla para beneplácito de quienes vivimos aquí y aprendamos, a través de él, a disfrutar más de la beldad de ese singularísimo sitio; a protegerlo y difundirlo.
El consagrado especialista utiliza la novedosa tecnología de la fotogrametría 3D para mostrar, en imágenes, el patrimonio que constituye ese recurso natural, aventura que inició en el 2019.

“Llegamos acá con la misión personal, colectiva e institucional de guardar la memoria de Punta del Este y hacer la fotogrametría a partir de experiencias que ya veníamos implementando en otros lugares y era importante porque ese día íbamos a salvar las cuevas puesto que mañana puede venir cualquier evento y perderlas y así la podríamos tener guardada de forma digital. Además, tenemos el compromiso de perpetuarlas para las nuevas generaciones.
“Luego vino la covid y no pudimos volver, pero trabajamos desde casa e hicimos nuevos descubrimientos. Este es un trabajo de equipo y fue una prueba de fuego”.
No solo encontró Grau González-Quevedo la pictografía El Laberinto, sino que 22 nunca antes vistas salieron a la luz de los avanzados equipos:
“Fue impresionante porque estábamos buscando ese en específico, un dibujo enigmático, porque no entendíamos cómo lo había visto Fernando Ortiz y sin embargo años más tarde con la llegada de Fritot, después Núñez Jiménez y luego todo el proceso de restauración de la cueva no lo vio nadie más. Tenía que estar, nos decíamos, o haber pasado algo muy grande para que desapareciera.
“Ahora con esta nueva visita por el centenario del primer reporte sobre Punta del Este tuvimos la posibilidad de ver nuevos de ellos. Regresamos con otra mirada y aplicamos otras técnicas fotográficas, con más calidad.

“Al final lo que estamos haciendo va a quedar como una película, una reproducción de la cueva. Podemos imprimirla, verla en pantalla porque el software lo permite. Tenemos la cueva y la podemos guardar en el Museo Municipal, biblioteca, centro educacional o en una memoria flash de forma virtual. Considero que ese va a ser nuestro aporte, nuestro granito, y lo veo también como un gran regalo a Ortiz, gracias a él fuimos a buscar y encontramos que no era como decían muchos arqueólogos, que en Punta del Este no había más nada que hacer y hay mucho que hacer.
“La Isla posee un patrimonio excepcional en el arte rupestre el cual hay que valorizar; tiene realce porque aquí está uno de los grandes templos del Caribe y es de los arcaicos, una de las culturas de las cuales se hace muy difícil encontrar algo de su arte.
“Gracias a esta tierra por regalarnos esta oportunidad que tratamos de retribuir con el corazón y las ganas de seguir trabajando y aportando”.