Para que no sea demasiado tarde

Ilustración: Internet

“La procrastinación es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse,
sustituyéndolas por otras situaciones
más irrelevantes o agradables”

Laura Coach


A partir del concepto general ya enunciado en el exergo, hay otro de forma más práctica que lo esclarece y abre el camino objetivo para su comprensión: “La procrastinación es, por tanto, uno de los ladrones del tiempo con el que tenemos que lidiar en nuestro día a día” , que constituye un alma letal para obstruir el desarrollo, evitar que se revolucionen y transformen los procesos, facilitar el mañana y obstaculizar el hoy, unas veces con acciones más sutiles mediante las que no se alcancen a descubrir las verdaderas intenciones de determinadas actitudes.

Mire a su alrededor en el centro laboral u otros ámbitos, en los estados de opinión, incluso en las informaciones que se divulgan por los medios y, en un ejercicio interior, trate de discernir cuántas aportan buenas actitudes, cumplimientos reales y logros, y cuántas refieren incumplimientos, llamados a una actitud consecuente, a una adecuada percepción del riesgo de no tener más alimentos por los incumplimientos agrícolas, los problemas de comercialización y los altos precios… en una innumerable lista de temas.

Estamos en presencia de la procrastinación, la mayoría de las veces sin saber qué y por qué sucede. En los tiempos que vivimos es un mal que se ha generalizado en el mundo, y agravada desde hace más de dos años por la persistencia de la covid 19 que ha postergado casi todo, incluso, la esperanza de vida en muchas personas. No es Cuba la doliente, es todo el planeta, pero a nosotros nos interesa con demasía identificar el problema en nuestro país y, en especial, en el Municipio.

Otra forma de tener la presencia de la procrastinación muy cerca es cuando apreciamos el esfuerzo de directivos, asesores y controladores en muchos de los sitios de gran interés para la producción de alimentos, y en el transcurso del intercambio apreciamos que los acuerdos no han sido cumplidos y generalmente la culpa cae en “terreno de nadie”, o simplemente en terceros, incluso que no están presente.

A lo anterior le suma que no aprecia en los verdaderos responsables una posición de vergüenza ante el incumplimiento y se conforman con “no se preocupe, la próxima vez usted verá que está cumplido”, como si hubiera tiempo para postergar algo que se ha decretado como un problema de Estado, por su importancia.

Tal y como propone el prestigioso sicólogo americano Neil Fiore en su libro Awaken your strongest self (Despierta tu yo más fuerte), existen cinco tipos de procrastinadores según las causas que les llevan a posponer las tareas: el perfeccionista, el impostor, el desmotivado, el abrumado y el afortunado, con manifestaciones que van desde la constante evaluación y juicio sobre las habilidades, insuficientes o no válidas para aquello que se debe realizar como precisa el perfeccionista, pasando por el postergador impostor ante jefes muy exigentes, otros que se sienten bloqueados y deciden paralizar su propio proyecto por indecisión.

Hay quienes muestran su actitud procrastinadora en la continua desmotivación, cargado de excusas, decide aplazar las tareas que tendría que llevar a cabo por falta de interés, por considerarlas aburridas o poco útiles, como si esas acciones pudieran esperar.

El afortunado también se manifiesta en ese tipo de persona que trabaja mejor bajo presión, necesita adrenalina para funcionar y posterga tareas para hacerlas en el ultimísimo segundo rozando el límite de la entrega, lo cual pone en vilo a quienes le circundan.

A esas actitudes que nos sacan de quicio por no estar a la altura de las dinámicas y el cumplimiento que exigen las circunstancias actuales también hay que ponerles ciencia para explicarlas y clasificarlas de la mejor manera, para desenmascarar a los que viven de su puesto y salario; para quitar el manto a los impostores e irresponsables, valorar objetivamente las problemáticas que nos afectan y no tienen solución en nuestro ámbito, y cuáles necesitan de mayor responsabilidad y sentido de pertenencia para vencerlas.

No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, es posible, entonces, que ya sea demasiado tarde…

(*) Colaboradores

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