
Vivir en una isla, entre otras cosas, es un privilegio por las bondades que te brinda su entorno natural de incalculable valor, con un gran atractivo paisajístico y su gran diversidad de hábitat. Playas, bosques y extensas áreas de humedales conforman paisajes inolvidables en los que el verde de su vegetación y sus montañas, el azul de sus mares, el amarillo del intenso sol y el contraste de las playas hacen de este un lugar de inigualable belleza.











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