Después de varios años de ausencia en los escenarios pineros el reconocido humorista Otto Ortiz volvió a la Isla de la Juventud, donde realizó dos presentaciones del espectáculo No hay otto como yo, en el cine teatro Caribe este 28 y 29 de octubre.
La actuación clasifica, según el mismo comediante, dentro de la manera de hacer stand up comedy, propia del humor norteamericano y que mantiene un estilo de interacción con el público con diálogos cortos, de pie el actor y sin otros elementos dramáticos.
El segundo día tuvo un tiempo de duración de más de una hora y media en la que Otto, conocido también como El Nene, provocó repetidas risas en los presentes al abordar desde la crítica a la realidad, vivencias personales y temas como la relación de parejas, el sexo, la emigración y muchos otros.
Al terminar la presentación, declaró a la prensa local: “Excelente público. Mi parte del show lo he hecho tantas veces que sé que se van a reír, pero pongo media hora antes una serie de videos para ir acomodando a la gente y la recepción es muy buena. Eso me da una medida de lo que viene después, porque el espectáculo es muy coloquial, voy hablando con las personas, quitando y poniendo y editando en el aire, pero esa primera parte lo reciben bien y se preparan para la función en vivo.
“Estoy contento; el viernes, el primer día, estaba casi lleno el teatro y el sábado se llenó completo. Ojalá y la idea del Centro Promotor del Humor de hacer a la Isla subsede del Aquelarre se pueda concretar”.
Fundador de los grupos humorísticos Los Hepáticos y PostData, Otto desde finales del siglo pasado comenzó a presentarse en solitario y con reiteradas apariciones en la televisión nacional en programas humorísticos.
No hay… culminó con cuentos inteligentes y la exhortación al amor entre las personas.
Al preguntarle acerca de proyectos inmediatos y futuros respondió: “Trabajar. El humor es una de las cosas que hay que hacer sistemáticamente porque cuando no la haces, pierdes el A,B,C. Hay que hacerlo para no perder el vínculo, sobre todo en esto que hago de la interactividad con el público”.
Agradezco la presencia de humoristas cubanos en nuestra isla y confieso que más de una vez eché una sonrisita en este espectáculo pero confieso que me sentí un poco incómodo porque los temas tratados legitimaban el bullying, la homofobia, eran a ratos misóginos, machistas y con una presentación simplona de la realidad nacional, además de que aplaude la emigración ilegal, utiliza malas palabras innecesatias y tiene un ritmo lento a veces cansón. La utilización de la laptop para guiarse hacer recordar más la presentación de una tesis que un monólogo de un comediante. Pero, de todos modos, se agradece un momento de relajación yr risas. Ojo:: en el cine estaban como esctadores niños de todas las edades en un show que me parece a mí que es para mayores al menos de 16 años .